Política

¡Viva México!

  • Columna de Katya Morales Prado
  • ¡Viva México!
  • Katya Morales Prado

En septiembre, el aire se llena de símbolos y memoria. Las plazas se visten de colores, las banderas se ven por todos lados y las calles invitan al festejo. Sin embargo, no todo debería ser fiesta ruidosa ni espíritu patriótico entre papel picado y antojitos. El mes patrio resulta un buen momento para tener una reflexión nacional, y pensar más allá del evento del grito, en las virtudes que nos dieron origen y los vicios que hoy nos acechan.

Vivan los héroes que nos dieron patria… y ¿Qué decimos de todos los antihéroes que cada día nos la quitan? y no me estoy refiriendo a repetir mil veces “soberanía nacional” como un mantra de pelea con los vecinos del norte. La patria no se pierde por lo que digan Trump ni Rubio, la patria se nos va de entre las manos cuando la inseguridad no nos permite recorrer nuestro país con calma y tranquilidad, cuando no hay medicinas ni vacunas, cuando los grupos criminales pactan con los gobiernos para operar tranquilamente entre abrazos lejos de los balazos, cuando gritamos con todas nuestras fuerzas, ¡Viva México! pero callamos ante los actos de corrupción.

La independencia no fue un arrebato de pólvora ni un capricho de caudillos, fue una apuesta radical por la dignidad, un reclamo contra un orden social que negaba la justicia. Hidalgo encendió la chispa con una valentía imprudente, pero indispensable como una reacción ante la asfixia y la opresión que el pueblo sentía.  Morelos, con su templanza, supo darle cauce a la lucha, organizó ejércitos, legisló y soñó una república en la que la imperara la ley y todo aquel que se quejara con justicia tuviera tribunal que lo escuchara, lo amparara y lo protegiera contra el fuerte y el arbitrario. La consumación de la independencia se logró gracias a un encuentro entre contrarios: Guerrero, símbolo de lealtad y resistencia, e Iturbide, estratega militar que interpretando bien el momento entendió la necesidad de pactar y trabajar incluso con el contrario mientras fuera por el bien común. Virtud y prudencia se dieron el famoso abrazo de Acatempan y así nació México.

Hoy los mexicanos hemos vendido aquella dignidad por la que lucho Hidalgo a cambio de programas sociales y nuestros tribunales no nos defenderán del poderoso como lo añoraba Morelos. Hoy, en el presente no vemos la valentía de Hidalgo ni la serenidad de Morelos, tampoco la prudencia de Iturbide y ni la lealtad de Guerrero, todas estas virtudes parecen haberse extraviado en los pasillos del poder. En su lugar, reinan la polarización, la arrogancia y la falta de ética. Nos sobra ruido y nos falta amor a la patria.

Han pasado más de dos siglos, y la cuestión sigue ahí, la patria no se honra con gritos, tequila, sombreros, ni banderas, mucho menos con discursos ni desfiles militares, sino con la práctica cotidiana de la justicia, la templanza y la valentía cívica. Debemos independizarnos de la corrupción y la impunidad, debemos luchar por un país en donde el crimen organizado no esté normalizado y ser mexicano sea un orgullo por donde lo veas.

Si quieres que viva México no hagas tranzas, no digas mentiras, no valides la corrupción ni te resignes a la impunidad.  No es tan necesario que hoy grites Viva México, es más necesario que a diario actúes correctamente y con eso México de verdad vivirá. 


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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