La sociedad mexicana ha normalizado hasta el infinito a los nodales del mundo.
Nadie se cuestionaba porque nos daba risa el folklor mexicano de los papás que iban por cigarros y nunca regresaban.
Nadie se cuestionaba de la profunda injusticia que llevaban encima las mujeres envejecidas prematuramente que recibían sufridas serenatas de sus hijos adultos cada 10 de mayo.
Pero los tiempos han cambiado.
Ahora las mujeres imprimimos sus rostros y los colgamos en los puentes enlistando sus violencias.
Ahora, podemos enfrentar al sistema patriarcal sincerándonos con nuestros hijos, dejando de resguardar ¡por fin! El papel sagrado del buenpadre que no existía más que en las coartadas de las madres.
Ahora podemos reírnos masivamente, rabiando, del hombre que busca negar una infidelidad.
De aquél que jura que con su esposa ya no había nada (pues no, pendejo, tu esposa estaba en postparto después de una traumática cesárea de emergencia, mientras tú te lamentabas porque no te ponían atención).
Hoy las mujeres los vemos como lo que son: depredadores. Disfrazados de buenos hombres.
Ya lo dijo Nodal, tenía el corazón roto un ocho de marzo porque su esposa no le prestaba atención (de nuevo, estas pendejo o te haces), luego se enamoró tres días después y se casó trece días después, porque claro, evidenciar lo desechable que considera a una mujer que ya no lo satisface sexualmente es menos pior que admitir que fue infiel por mucho tiempo mientras su esposa estaba embarazada.
Y no, no te creemos, porque sabemos que los hombres estadísticamente son infieles y toda la evidencia apunta a ello.
Y, en fin, tenemos a todo un país de hombres aplicando el nodalazo sin pudor alguno.
Los fines de semana se me llenan los grupos de maternidad de anónimos de mujeres que descubrieron la infidelidad, con esposos que no llegaron a dormir, con mensajes de amantes peleando el gran premio con salario mínimo…
¿Por qué los fines de semana? Mi teoría es que ellos piensan que así es mas disfrazable la infidelidad: pueden estar con amigos o trabajando turnos extras y no faltándole el respeto a su relación y a su familia, como en realidad están haciéndolo.
Enamorados del amor, se autonombran esos especímenes que no saben resguardar la vida, respetar los vínculos y tener responsabilidad afectiva.
Enamorados del amor solamente cuando la mujer en cuestión vive esclavizada sexualmente, económicamente y domésticamente a sus deseos egoístas.
Enamorados del amor solo mientras la mujer en turno se ofrece voluntariamente en sacrificio.
