Generalmente, los jóvenes mexicas eran educados en el templo a los 15 años, de donde salían para ser guerreros o para casarse. La edad para el matrimonio era de 15 a 20 años para la mujer, y 20 a 22 para los mancebos. Dice el cronista Torquemada que, a los mancebos de Tlaxcala, los que se negaban a casarse los rapaban por afrenta.
Se consultaba a los agoreros para que interpretaran el agüero del proyectado matrimonio y, si era favorable, las casamenteras iban a la casa del padre de la doncella y, con discursos largos y conceptuosos, la pedían en matrimonio. Concedida la mano, la familia de la doncella preparaba una gran comida y se dirigían al Teocalli donde estaba su hija. Se tendía una manta delante del dios, donde se ofrendaba la comida y el jefe supremo del Calmecac entregaba a la joven a la Tecuacuitl, la sacerdotisa superior quien, a su vez, la daba a sus padres para casarse. La boda debía ser el día 1, 3, 11, 13 o 15 de su calendario de 20 días.
La noche de la celebración, la “tícitl” o médica llevaba a cuestas a la novia hasta la casa del novio, acompañada de cuatro ancianas con teas encendidas. La casa ya estaba adornada con ramas y flores, y en el piso de la sala había una estera labrada, algunas viandas y un brasero con copal encendido. Salía el novio al encuentro y ambos novios se sahumaban. La “tícitl” ataba el ayate del novio al huipil de la novia, significando su unión. Seguía entonces el banquete nupcial, en el que los novios se daban en la boca los primeros bocados, y continuaba la fiesta con danzas y alegría.
Aun cuando el matrimonio era una institución familiar, los sacerdotes intervenían inmediatamente después. Los recién casados eran separados para que hiciesen oración y penitencia durante cuatro días, y no se unían hasta que los llevaban al aposento preparado expresamente para ellos, adornado con una piedra preciosa (chalchihuite o turquesa) en el tálamo nupcial, o un trozo de piel de tigre.
Los desposados, en muestra de agradecimiento, iban al día siguiente al templo para ofrendar los muebles y mantas de la cámara nupcial. El respeto y el agradecimiento eran muy importantes. _