Afirma Jimmy Carr, notabilísimo comediante inglés, que el problema de nominar a Donald Trump al premio Nobel de la paz como hizo Satanyahu, es que si no se lo dan es capaz de bombardear Noruega. O Caleta-Caletilla, pues el presichente gringo no tiene la menor idea sobre cómo tramitar con la frustración pues su máxima, aprendida con el también satánico Roy Conn (su maestro en las derechuecas artes de perseguir comunistas), es hacer pasar una derrota como un triunfo y un triunfo como una epopeya histórica e histérica.
Y con tal de generar cortinas de humo sobre la inflación, el desempleo y el escándalo Epstein-pedofilia-Mossad es capaz de declararle la guerra hasta a su tropa loca de los MAGA que me lo están cuestionando. Por eso volvió a acusar al gobierno mexicano de quedarse pasmado frente a los carteles. Trump necio que acusáis a México sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis. E instalado en el sketch de costumbre, se puso amenazante como una de esas momias de película muda toda llena de caspa y telarañas. Nota a pie de meme, “¡Ya, wey!”.
Por lo pronto mandó a su agente de la CIA favorito, el embajador Roland Johnson a generar ruidos y escándalos de una manera poco profesional. Primero se juntó con Verástegui (no se rían), y ahora organizó una cena de gala para mal hablar de la Cuatroté auspiciada por el pezzonovante que no quiere pagar impuestos y que en materia de misoginia ahí se da de topes con el nada talentoso Mr. Trump. O sea, cómo se atreve mi Ronald a departir con gente como López Sanbalín, Sarmiente, Jojojorge Robero de Terrenos, Lorenzo Córdova alias Don Pluris, Gurría y Alatorre que nada más lo van a desprestigiar. El más cotorro fue Ricky Anayita brindando sonriente cual payasito de la fiestecita. Eso sí, ahí se unieron la Loca Academia de Miramones y el Cartel Inmobiliario del PAN, que no son lo mismo pero son iguales. La pura fanaticada del abogángster de Ovidio, que en audiencia seguro pidieron patrióticamente que los marines invadan México a cambio de Pemex y el acuapuerto de Texcoco. También se presentaron al ágape algunos morenistas a que nomás les hicieran el feo. ¡Qué necesidad, diría mi Juanga!
Precisamente por eso, en el Vaticano guardaron prudente silencio cuando Donnie anunció que sería un fantástico Papa. Ya sabe que cuando el Trump se pone bravo, hasta a los MAGA muerde. Y que me los desconoce como Calderón a García Luna Productions. El pobre va a terminar en “Lo que callamos los Alazrakis”.