Negocios

En busca de incentivos

La larga recuperación económica tras los estragos ocasionados por la pandemia de covid 19 sigue en medio de sobresaltos. Luego de que la inflación elevada quedara como una secuela durante más de tres años, las idas y vueltas de los aranceles por parte de Estados Unidos han ocasionado no solo una guerra comercial sino un escenario de la incertidumbre en el que quedaron en vilo muchos de los factores que incentivan el dinamismo económico: las inversiones, el emprendimiento, el comercio y el consumo, entre otros.

En este contexto, hace unos días el Banco de México recortó las tasas de referencia y las dejó en 7.25 por ciento, lo que representa una disminución importante frente al momento en el que las tasas estuvieron en 11.25 por ciento, el nivel más alto que se haya registrado. El recorte significa que se está buscando abaratar el costo del dinero en el mercado financiero con miras a facilitar los préstamos y con ello incentivar los proyectos, emprendimientos y el consumo. Ahora que la inflación ya no es tan elevada -se ha mantenido por debajo del 4 por ciento-, es tiempo de reducir las tasas de interés para que haya más circulante y más capacidad de consumo. Claro, siempre bajo el riesgo de que la inflación repunte y los precios superen los niveles ideales.

La búsqueda de incentivos para dinamizar las economías, no sólo la mexicana, es una constante. En este punto una de los grandes potenciales es el nearshoring o relocalización de empresas, que tiene a México como uno de sus destinos más atractivos para la radicación de inversiones. La cercanía con Estados Unidos, país al que se destinan más del 80 por ciento de las exportaciones mexicanas, es un incentivo fuerte para las empresas de todo el mundo. Pero la incertidumbre, los aranceles y la poca previsibilidad para el comercio internacional en un contexto enrarecido convirtieron a este potencial en una posibilidad latente no concretada.

Estamos en un escenario de recuperación lenta, prolongada, con sofocones y chispazos. De una perspectiva de crecimiento nulo o recesión pasamos a un repunte moderado, inferior al 1 por ciento en 2025 y que no llega a 2 por ciento en 2026. Con una reducción importante de la pobreza y con un aumento sin precedentes del salario mínimo, el contraste lo marcan la insuficiente generación de empleos formales y la preponderancia de la informalidad. Hasta los periódicos parecen confundidos con sus visiones aritmomórficas: toman uno o dos datos y con ellos pueden pintar una economía vigorosa o una frágil y escuálida.

Una cuestión importante que debemos mirar con cuidado es cómo se incentivará el dinamismo interno en un contexto marcado por la incertidumbre y condicionado por el escaso crecimiento mexicano y latinoamericano. Además de recortar tasas de interés, cómo se impulsará la recuperación del poder adquisitivo, de los empleos de calidad y de las oportunidades reales para que la gente mejore sus ingresos. Incentivar la economía desde dentro es y seguirá siendo un gran reto.


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Héctor Farina Ojeda
  • Héctor Farina Ojeda
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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