El mayor flagelo de nuestra nación mexicana hoy en día es, después de la miseria de 60 millones de compatriotas, el creciente índice de criminalidad y la impunidad generalizada que la acompaña. Un problema multifactorial y por ende exigente de varias formas de abordaje y ataque.
Lo primero es reconocer su existencia, con manifestaciones cada vez más violentas que no se pensaban pudieran existir; luego el enfrentamiento directo es lo inmediato a realizar, hacer crecer las fuerzas policiacas a todos los niveles, capacitarlas, equiparlas, dotarlas de recursos modernos técnicos y tecnológicos de comunicación e investigación, bien pagados y con recursos financieros en todos los niveles de gobierno, iniciando en la base piramidal, es decir en el ámbito municipal, luego el regional, el estatal y el federal y no al revés, como hoy acontece.
Al mismo tiempo atender todos los planos donde los resultados se verán a mediano y largo plazo, pero se requiere también intervenir en su operación y concreción inmediata, estos planos son por antonomasia: la educación, la cultura y el deporte. Por tanto, presupuestalmente hablando a la par que los dineros destinados a la infraestructura a fin de promover y sostener la economía deben brillar los montos suficientes para desarrollar y mejorar constantemente, diariamente diría yo, los procesos educativos, los de formación y acrecentamiento cultural y los de la práctica deportiva masiva.
Una educación no adoctrinante a favor de alguna orientación ideológica ajena el espíritu del Art. 3º Constitucional sino con una ética humanista, que destaque los valores democráticos, republicanos y liberales, la solidaridad, una visión universal de la ciencia y la tecnología, al tiempo que respetuosa de la realidad local con miras a su transformación positiva.
Una formación cultural que estimule la práctica de las bellas artes, que concrete la autoestima a través de la realización espiritual de la música, la plástica, la literatura, el teatro y la danza; que reconozca sus potencialidades creativas y la recreación en su práctica y contemplación.