La inmersión de las redes sociales en nuestra burbuja nos ha involucrado desde varios ángulos, nuestra popularidad ya no sólo se mide en likes y ‘corazones’, sino en oyentes de nuestras playlists.
Ser usuario de Spotify u otras plataformas de música, es como poner oído en un sonidero enorme del mundo, hay de todo y para todos, y por ello, no debemos ser locutores de radio en ninguna estación para que nuestra curaduría musical sea apreciada.
Para cualquier ocasión existe un grupo de canciones para acompañar nuestro estado de ánimo u ocupación física, sea cual sea.
Ya lo vimos con Rob Gordon, el melómano personaje de la novela de Nick Hornby, Alta Fidelidad y con la otra Rob (ahora mujer) en la reciente serie de la misma publicación:
“Hacer una lista de reproducción es un arte delicado”.
Pues delicado más o menos, la melomanía es nuestra, pero la hemos tropicalizado, tan así que cualquier pretexto es suficiente para armar unas rolas, como la que existe dedicada para el gobernador de Tamaulipas Francisco Cabeza de Vaca:
“Canciones para cuando te desafueran”, la que contiene éxitos como ‘Vete ya’ de Valentín Elizalde y el ‘Amargo adiós’ de Inspector.
Casi 5 horas de canciones de despecho y desencuentros.
También hay playlists para “hacer la talacha”, “trabajar en la oficina” o hasta de acciones más sencillas como lo es meditar o tratar de dormir.
Con eso en cuenta deben existir por ahí grupos de canciones para ir a votar, para hacer fila en la casilla o al menos para pasar la temporada electoral, en donde seguro no hace falta Molotov.
Luego está el otro mundo, uno de mis favoritos, donde ya no son canciones sino podcasts, éstos los conforman periodistas o comunicadores, algunos comediantes hablando de política y ellos han grabado horas y horas de pláticas con temas electorales, si de algo sirve, para bien o para mal.
Si el camino a la casilla es largo o corto, o si la fila tarda en avanzar, podría ponerse los audífonos para dejar ir el tiempo, ya sea con melodías o podcasts.
Sin embargo, estas plataformas auditivas manejan el rumbo de nuestras decisiones, ya sean económicas o ideológicas, más vale escuchar la misma opinión bañada en contrastes para obtener un pensamiento propio.
Mientras tanto aquí ya suena Slayer.
@robbcarsonn
