La inseguridad es uno de los temas que día a día están en la agenda nacional, en algunas zonas del país está desbordada, su origen es la conjugación de varios factores, entre éstos son el resultado de tres décadas de neoliberalismo que detonó la pobreza y concentró la riqueza del país en una reducida oligarquía, lo que provocó que millones de personas y familias durante varias generaciones perdieran oportunidades de desarrollo y se degradara el colectivo social con pérdida de valores, aunado a esto, el trágico sexenio de Calderón que instauró un narcogobierno y proliferaron grupos del crimen organizado por todo el país que siguen vigentes en la actualidad.
Quedó demostrado que durante décadas había alianza de políticos y gobernantes con el crimen organizado, pero lo más escandaloso fue el caso de García Luna quien fuera secretario de seguridad pública del gobierno federal y el hombre más cercano al presidente Felipe Calderón fuera parte de un grupo del crimen organizado, el estigma de narco políticos y narco gobierno lo han llevado con todo mérito el PRI y el PAN; este problema de inseguridad está focalizado en ciertas regiones del país y se ha politizado y con todo cinismo los responsables echan culpas ajenas en una intensa campaña pretendiendo capitalizar el descontento ciudadano y con ello pretender obtener rentabilidad política y electoral.
Si bien es cierto que existe un problema de inseguridad, es por esa causas, pero la oposición la hizo bandera política en una narrativa apocalíptica generalizada como si ellos no tuviesen responsabilidad y como si el país estuviera en llamas sin exceptuar lugares, aunado a esto, se les presenta la coyuntura del arribo de Trump a la presidencia de Estados Unidos con su estilo autoritario de unilateralmente asumirse como el policía del mundo y determinar que gobiernos o países o grupos son terroristas para ejercer acciones militares y derrocar gobiernos y confiscar riquezas y recursos del país o región invadida.
La oposición en México al verse política y electoralmente pulverizadas, le imploran a Trump una intervención y su discurso abiertamente es vincular con el crimen organizado al ex presidente Andrés Manuel López Obrador, a la presidenta Claudia Sheinbaum y al partido morena, se insiste en ese discurso nutrido de calumnia dirigido al electorado mexicano y al gobierno estadounidense de que los salve de su realidad; en lo que respecta al electorado destinatario de ese mensaje, cada vez es más creciente la convicción del colectivo social de que la oposición son los responsables de los grandes males del país que se siguen arrastrando, hay conciencia social apropiada del proyecto de nación que encabeza el actual régimen.
Y para Trump es claro el papel histórico que han jugado el PRI y PAN como protagonistas de la corrupción y asociados del crimen organizado, el tema de Estados Unidos en conflicto con México hoy tiene varias vertientes, una es la migratoria y la otra es como socio comercial que ambas se extienden a más países lo cual tiende a detonar una crisis internacional, lo lamentable en este episodio de la historia es el triste papel de la oposición que con toda mezquindad imploran el extranjero invadir su propio país, lo cual los hace realmente que sean unos auténticos traidores a la patria.