“Hecho en México” es el nuevo sello comercial que las empresas chinas pondrán en sus productos. Mercancías chinas de todo tipo que se venderán a Estados Unidos; desde muebles para el hogar hasta artículos electrónicos.
A raíz de los problemas en las cadenas de suministro global que surgieron durante la pandemia y por la actual guerra comercial entre Estados Unidos y China, muchas compañías de este último país están reestructurando sus estrategias productivas y comerciales.
Diversos corporativos se están mudando al norte de México. Esto con el objetivo de reducir costos, evadir las tarifas y sanciones impuestas por el gobierno norteamericano a China, y para recortar los tiempos de entrega.
Desde China el tiempo de entrega a EU es de 10 semanas. Mientras que desde el norte mexicano el tiempo es menor a cuatro semanas y sin pagar tarifas. Lo que representa un ahorro millonario.
Lo anterior es un cambio colosal para la economía de esta región. Ya que, en cierta forma, parte importante de esta línea de producción global en Asia está migrando a esta zona norteña para estar cerca del mercado norteamericano. Estrategia que se le conoce como “nearshoring”.
Por ejemplo, el Parque Industrial Hofusan de 850 hectáreas en Nuevo León albergará a empresas chinas de autopartes, equipamiento mecánico, industria ligera, energía reciclada y materiales nuevos, entre otros.
El interés de los inversionistas chinos en México para estratégicamente acceder a la demanda estadounidense va en aumento.
Tal replanteamiento en el modelo industrial chino no sólo es una respuesta al conflicto con los estadunidenses. China ve en México un mercado potencial de millones de personas y una base central de operaciones para suministrar a todo el mercado latinoamericano.
Para China no se trata exclusivamente de vender productos. Buscan exportar su capital y know-how para ir ganando puntos de apoyo en todo el mundo.
De igual manera, el cambio de juego se debe a que México es uno de los siete países que tiene una Asociación Estratégica Integral con China.
Es un acuerdo económico alcanzado durante la administración del presidente Enrique Peña Nieto. Dentro de esta asociación, se han impulsado diversos proyectos.
Un caso es la enorme inversión de China en la producción de litio en México. La infraestructura digital es otro de los campos de interés chino en nuestro país.
Factores como la promoción del gobierno mexicano dirigida a reformar el multilateralismo como en la Organización Mundial del Comercio, es bien visto por la nación asiática. Asimismo, China comprende perfectamente que la economía mexicana depende significativamente del comercio exterior. Ante ello, China capitaliza esta oportunidad para tender canales de cooperación con México que facilitan la llegada de la inversión china.
Finalmente, China entiende la cooperación económica con México como un ganar – ganar.
Por ejemplo, ellos consideran que la economía mexicana arrastra un serio e histórico problema de falta de inversión en infraestructura.
En ese sentido, los chinos reconocen que su llegada al país les generará a ellos grandes beneficios, pero al mismo tiempo contribuirán a reducir dicho déficit de inversión.