Quizá sean Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Porfirio Muñoz Ledo los ejemplos más claros de lo que ahora es regla no sólo en el PRI: renunciar cuando el partido al que estás afiliado no te toma en cuenta absolutamente para nada.
En 1987 Cárdenas, con la Corriente Democrática del PRI de la que fue fundador, buscó participar como precandidato a la Presidencia de la República, pero fue marginado del proceso interno que se decantó por Carlos Salinas de Gortari.
Este desaire fue tomado mal por Cárdenas Solórzano que fue acogido como candidato presidencial del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (PFCRN) y el Partido Popular Socialista (PPS).
La historia que siguió es más o menos conocida. Lo que me interesa ahora es pensar cómo es que ese aparente capricho de Cárdenas y Muñoz Ledo se fue normalizando como el camino a seguir por miles de políticos que a diferencia de aquel dúo no proponen absolutamente ningún proyecto de país, de gobierno, de nación.
El ejemplo más claro y reciente en el ámbito nacional es el de Marcelo Ebrard Casaubón que sirvió al proyecto de Morena, quiso ser candidato a la presidencia y aunque lo tomaron en cuenta en las encuestas que tienen como método para elegir candidatos todo México sabía que no iba a ganar.
Lejos de crear una alternativa a Morena que no fuera esa extraña amalgama de PRI, PAN y PRD, Marcelo Ebrard se disciplinó y se conformó con una candidatura al Senado de la República. Así nomás.
¿O le espantó el recuerdo de lo que vivió con Manuel Camacho Solís cuando a éste Salinas no lo favoreció con la candidatura presidencial desplazándolo por Luis Donaldo Colosio?
Esta reacción de los que no son tomados en cuenta por Morena se repite también en el ámbito estatal y municipal. Quienes se dicen fundadores de Morena se han dejado desplazar por políticos contra los que, se supone, iba a luchar el movimiento que convocaba a estar del lado correcto de la historia.
Se refugian en ser pragmáticos cuando no tienen valor suficiente para irse del partido en el que creyeron y que renuncia a sus principios fundacionales, de aquel que acoge a los que antes llamaba mafia en el poder. Digámoslo: Morena sigue la historia del PRD, partido fundado por Cuauhtémoc Cárdenas que en algún momento de su historia comenzó también a abrirse a aquello que dijo combatir.
Esto no es privativo de Morena, se vive en el PAN, en el PRI… y no es consuelo.
Al Margen
Yeidckol Polevnsky, empresaria y diputada federal por Morena, dijo este jueves que Puebla debe ponerse las pilas para atraer a la empresa china Build Your Dreams (BYD), una de las más importantes fabricantes de autos eléctricos, que busca instalarse en México. Algo que aquí le habíamos adelantado en la columna titulada ¿Qué hace Puebla para quedarse con la planta de BYD?