En Saltillo existe una coincidencia asombrosa: en un tramo de apenas 70 metros de la calle Victoria nacieron, entre 1867 y 1889, siete saltillenses excepcionales.
El historiador Javier Villarreal Lozano los bautizó como “Los 7 Magníficos” por su aporte al arte, a la literatura y a la política de México.
El mayor fue Francisco de Paula Mendoza. Célebre pintor de batallas cuyas obras hoy adornan museos nacionales.
A pocos pasos nació Federico González Garza, abogado y precursor de la Revolución que colaboró estrechamente con Francisco I. Madero y llegó a ser presidente del Senado y gobernador del Distrito Federal.
En 1879 vino al mundo Vito Alessio Robles, militar e intelectual que tras luchar junto a Carranza se consagró como historiador prolífico de la Revolución Mexicana.
Su hermano, Miguel Alessio Robles, nacido en 1884, llegó a ser el Secretario de Industria, Comercio y Trabajo del gobierno de Álvaro Obregón y escribió la Historia política de la Revolución Mexicana.
Ese mismo año nació Artemio de Valle Arizpe, quien sería un fino escritor de estampas virreinales y cronista oficial de la Ciudad de México.
En 1885 nació Roque González Garza, hermano de Federico, que llegaría a ser Presidente de México en 1915, siendo hasta hoy el único saltillense en ocupar el cargo.
Por último, en 1889 vio la luz Julio Torri, abogado que se convertiría en un maestro de la literatura breve en México.
Se doctoró en Letras en la UNAM, casa de estudios que lo reconoció nombrando en su honor su Centro Cultural. Fue el fundador del departamento de bibliotecas de la SEP y el Premio Nacional de Cuento Breve lleva su nombre.
Coincido con Ariel Gutiérrez quien afirma que en esa pléyade le faltó a Don Javier incluir a José García Rodríguez, nacido en 1873 y vecino también de la calle Victoria. Además de haber sido director del Ateneo Fuente, de la Escuela Normal de Coahuila y haber producido una extensa obra literaria, fue uno de los diputados de la XXII Legislatura del Congreso de Coahuila, esa que valientemente respaldó a Carranza y desconoció al usurpador Huerta.
Las trayectorias de estos ocho personajes asombran por sus logros trascendentales, por la diversidad de sus campos de acción y su origen común.
De esa modesta calle surgió una constelación de talentos que brilló en distintos campos y cuya luz sigue iluminando a Saltillo, a Coahuila y a México.