La historia del Partido Nacional Revolucionario (nacido en 1929), después PRM y finalmente PRI muestra la capacidad que tuvo inicialmente para civilizar la lucha por el poder, crear instituciones, impulsar el progreso y lograr la llamada “paz social”. No nació ni vivió democráticamente, estuvo plagado de crímenes y corruptelas, pero es innegable la parte valiosa de su legado.
Las estafas, torpezas y frivolidades en que incurrió durante las últimas décadas, una cierta independencia de los medios de comunicación y la acción popular propiciaron su derrumbe, y parece definitivo.
Sin embargo, lo trágico es que sólo desaparecieron su fuerza creadora y su capacidad para gobernar, porque sus artimañas, corruptelas y trapacerías se deslizaron, corregidas y aumentadas, con un cinismo inaudito, a lo que hoy se conoce como Morena o PRIMOR. Sus críticos le imputan tener una doble moral, por la incongruencia entre lo que proclama y lo que hace. Sin embargo, si lo analizamos con cuidado concluiremos que no puede tener doble moral cuando no tiene ninguna.
Sus discursos moralizantes sólo le han servido para someter a los pobres, engatusar a los bobos y apañarse el poder. Hasta Marcos, el levantado en Chiapas, dijo el 9 de agosto de 2005: “López Obrador no quiere regresar al socialismo, nos va a partir la madre a todos”.
En efecto, el obradorato, Morena, la 4T (o como se llame esa porquería) ha demostrado palmariamente que toda transgresión a la ética y a la ley, por monstruosa que sea, la considera legítima si beneficia a “la causa”, al “movimiento”. Así, cuando los peores delincuentes deciden reptar ante el bienamado Tartufo, jurándole ciega lealtad (que en realidad es vil sometimiento) quedan puros y son bendecidos con cargos relevantes; y cuando se trata de alcanzar o mantener el poder y ganar elecciones, endeuda al país, desvía los recursos públicos, negocia beneficios recíprocos con el crimen organizado y persigue a los disidentes. Todo eso confirma que se trata de una organización sustancialmente depravada y criminal.
La corrupción de los encumbrados gobernantes es insultante y obscena: el robo multimillonario a Segalmex, el sanguinario cártel La Barredora en Tabasco (descubierto desde hace años por la inteligencia militar y denunciado por la comunidad), los cientos de miles de millones robados al erario en navíos huachicoleros solamente son la joroba de la ballena, porque bajo la superficie de ese mar pestilente se oculta el gigantesco animal, por fortuna, herido de muerte.
Mientras tanto, la señora Sheinbaum nos aturde con el retintín de que combatirá la corrupción “tope donde tope y caiga quien caiga”. Pues yo le pregunto: ¿y quién cerrará la puerta?, porque ella es la principal beneficiaria de toda la indecencia que la llevó y mantiene en la Presidencia.