Estoy convencido que una de las grandes tareas inacabadas e infinitas del ser humano es la formación.
En la trayectoria de cada individuo está sin duda los conocimientos que vamos adquiriendo ya sea de forma filosófica, científica o vulgar.
En sentido schopenhaueriano, el conocimiento es lo único que nos pertenece, pues lo demás (externo), se puede perder.
El conocimiento nos acompaña hasta la muerte….
Cualquier conocimiento es entonces indispensable para entender los signos y significados de lo que hablamos, pensamos y escribimos.
Cuanta razón tuvo Epicteto cuando sostuvo:
“Primero aprende el significado de lo que dices, y luego habla”.
Con ese ánimo siempre hay que estar abiertos al conocimiento de lo contrario nos encontraremos en la caverna de la ignorancia que nos lleva a “parlar” como loros sin el conocimiento de la causa.
Defender los postulados de Morena es una tarea difícil en una sociedad que no ha comprendido el movimiento y por consiguiente a sus actores.
En ese sentido, este fin de semana inicié un diplomado (Inducción al Buen Gobierno de la Cuarta Transformación), en el Instituto Nacional de Formación Política de Morena que atinadamente dirige Rafael Barajas mejor conocido como “el fisgon”.
Un hombre de izquierda que ha estado en la lucha del presidente Andrés Manuel López Obrador y del movimiento de MORENA.
El fisgón tiene un importante lugar en la consolidación del segundo piso y en la formación política del movimiento.
Pero sobre todo debe asumir grandes retos para construir y fermentar el espacio intelectual y académico de un movimiento rechazado por la “intelectualidad” orgánica que siempre estuvo ligada al viejo régimen.
Algunos fueron parte del viejo sistema que fue enterrado en las pasadas elecciones de junio. Por cierto, previo a las elecciones se juntaron para exhortar a no votar por MORENA.
Desorientados y miopes…
En el pasado la oposición se distinguió por tener espacios importantes para la formación y capacitación de sus cuadros.
El PRI tiene el ICADEP (Instituto de Capacitación y Desarrollo Profesional).
El PAN por su parte cuenta con una Secretaria de Formación y Capacitación además de la Fundación Rafael Preciado para la investigación y la defensa ideológica de la derecha.
Sin embargo los espacios de formación ideológica de la oposición están rebasados y son hasta fenomenológicos.
Y lo más grave es que no se han dado cuenta. Son parte de una “teratología” ideológica partidista.
Aprovecho que estoy escribiendo estas líneas en domingo y he sacado mi palabra dominguera: Teratología, que viene de la palabra “teratos” que significa mounstro y, en eso se han convertido.
Han hecho un compromiso de ir juntos el PRI y el PAN. Ahora se les llama coloquialmente “prianistas”.
Se juntaron ALITO y Marko Cortés que son como gemelos políticamente hablando. Los dos buscan reelegirse. ¡Por Dios!
Pero volviendo a mi palabra dominguera, “la teratología es la disciplina científica, dentro de la zoología, que estudia a las criaturas anormales, es decir, aquellos individuos naturales en una especie que no responden al patrón común”, según Wikipedia.
Metafóricamente se han convertido en un monstruo. Me hago una pregunta:
¿Habrá alguien que pueda defender la ideología panista y priista como simbiótica para ir juntos en proyectos políticos con el fin de obtener el poder?
O ¿Cómo diseñar programas de formación política y de servicio público pues juntos quieren llegar y por correlación gobernar?
Dentro de Morena el reto es muy grande respecto a la capacitación para entender las bases en las que se funda el movimiento.
La mística del humanismo y la filosofía de vida deben tatuarse en las conciencias de sus seguidores, pues existen grupos de interés al interior del movimiento que encuentran en la política el medio para corromperse e ir contra los principios de no robar, no mentir y no traicionar.
La filosofía de Dussel les vale madres…
Me alienta saber que tenemos una Presidente electa que domina los campos científicos y filosóficos y además, sabe hacer gelatinas aunque eso poco importa.
Larga vida al INFP de Morena, en la defensa y consolidación del humanismo de izquierda tiene su gran retro junto con la dirigencia que está por renovarse, la cual debe ir de la mano con el sentir y pensar de la transformación.
De la voluntad popular que es lo más importante.