Política

Golfo de México

Aunque él jamás lo aceptará, así es. Donald Trump mucho aprendió de AMLO, en un arte que hoy está utilizando casi tan magistralmente como nuestro ahora ex presidente: el de la distracción estratégica.

Primero fue la anexión de Canadá como el estado 51 de los Estados Unidos. Enseguida, la compra de Groenlandia. Ahora es el cambio de nombre del Golfo de México por Golfo de América. Y aunque nada de esto es una posibilidad real, Trump entendió durante los años del exitoso gobierno de AMLO que la distracción estratégica es un arma comunicacional poderosa y sobre todo efectiva porque, detrás de escándalos mediáticos irrelevantes, oculta la construcción de agendas en los temas que realmente son importantes para ellos.

La distracción estratégica, desde un enfoque científico, ha sido estudiada como un fenómeno mediático que consiste en redirigir la atención pública hacia asuntos secundarios o incluso absurdos, mientras se toman decisiones importantes en segundo plano. En su análisis sobre la "hiperrealidad", el filósofo Jean Baudrillard explica que en la sociedad contemporánea, los medios de comunicación no sólo reflejan la realidad, sino que la construyen y distorsionan. Es en este contexto que la distracción estratégica se convierte en una herramienta eficaz para manipular esa construcción, desviando el foco de los temas críticos hacia otros que generan polémica, aunque carezcan de sustancia.

Las redes sociales, como catalizadoras de la desinformación, han potenciado la efectividad de esta estrategia. Estas plataformas están diseñadas para amplificar contenidos que provocan emociones intensas, especialmente la indignación, que es altamente viralizable. Esto crea un entorno propicio para que las distracciones estratégicas florezcan, pues los algoritmos priorizan el contenido sensacionalista sobre el informativo.

Otro factor clave en el éxito de esta estrategia es la sobrecarga informativa. Vivimos en una era de constante bombardeo de noticias, donde el volumen de información dificulta discernir lo relevante de lo irrelevante. La psicología cognitiva sugiere que, ante el exceso de estímulos, la mente humana tiende a enfocarse en lo más llamativo o escandaloso.

En todo esto, ni AMLO ni Trump están en falta. Ellos simplemente saben utilizar los medios a su alcance y el dominante entorno digital actual para impulsar su agenda y lograr sus objetivos. En realidad ellos son brillantes para comunicar lo que les conviene; es el resto del mundo quien no identifica que está siendo distraído. Quizá el antídoto a esta estrategia sea simplemente tomarla en cuenta, pero no tomarla en serio. Como decía Séneca: “Nadie puede ser engañado sin su propio consentimiento”. Y hasta aquí la exagerada opinión viral de tu Sala de Consejo semanal.


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Arnulfo Valdivia Machuca
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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