Política

Colombia

El reloj en Colombia retrocedió 40 años. En la semana más negra de este milenio, todo volvió a ser como fue y como ya no era: el atentado contra el candidato presidencial, la interminable cadena de carros bomba y la guerrilla en su apogeo. Todo idéntico a como era en los 1980, con una diferencia fundamental: en aquellos años, el gobierno nacional observaba indefenso cómo todo esto sucedía, a pesar de sus esfuerzos por detenerlo. Hoy, el gobierno nacional observa impasible el resultado de su gestión, como si siempre hubieran deseado lo que hoy está pasando.

El atentado contra Miguel Uribe Turbay sacudió al país y recordó los peores años del conflicto armado. Al igual que Luis Carlos Galán en 1989, Uribe fue atacado durante una gira proselitista. El atentado por fortuna aún no cobra su vida pero, además que Miguel sigue luchando por mantenerla, el mensaje fue claro: la violencia ha vuelto a ser la forma de hacer política.

A este hecho se sumó una espiral de terror en el Valle del Cauca, donde una serie de explosiones con carros bomba afectaron estaciones de policía y centros urbanos. Las autoridades locales se vieron desbordadas, y la ciudadanía quedó atrapada en una narrativa de miedo que parecía superada. Las imágenes de humo, sirenas y caos evocaron una memoria colectiva que aún duele. Y sí: como en los años 90, hubo muertos.

Simultáneamente, la guerrilla ha avanzado significativamente en los últimos dos años. El proceso de paz está estancado, y las disidencias de las FARC han renacido con fuerza, ocupando territorios estratégicos, controlando economías ilegales y ejerciendo violencia contra las poblaciones más vulnerables. La esperanza de un país sin guerra se ha desvanecido, mientras resurgen actores armados que parecían acabados.

Mientras todo esto sucede, el Presidente Gustavo Petro escribe y escribe en la red social X. El contenido no son mensajes de Estado, sino interminables peroratas poéticamente demagógicas y alegorías que sólo él entiende. Lo más preocupante es que hoy Colombia ha retrocedido 40 años, pero está en peligro de retroceder 120, a revivir la sangrienta guerra civil de principios de los 1900, la famosa Guerra de los 100 años: una época marcada por la confrontación constante entre liberales y conservadores que desangró a la nación durante décadas.

Colombia es un país maravilloso, que no necesita más poesía críptica ni la desvelada nostalgia revolucionaria que está viviendo. Colombia necesita liderazgo claro, políticas contundentes y un compromiso real con la paz, que debe empezar por acabar con la polarización generada desde el gobierno. Y, sobre todo, lo que Colombia fue no es una opción para lo que quiere ser. Mis condolencias por el enorme dolor que hoy viven todos los allegados a las víctimas. Es la reflexión sepulcral de tu Sala de Consejo semanal.


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Arnulfo Valdivia Machuca
  • Arnulfo Valdivia Machuca
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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