Cultura

Mi gentleman

  • De raíces y horizontes
  • Mi gentleman
  • Arcelia Ayup Silveti

En el 2015 recibí un correo singular. Era de Chuy Salas, quien buscaba gastrónomos laguneros para conjuntar esfuerzos. 

Quedamos en vernos en un café de Saltillo y conectamos de inmediato, nos unieron la simpleza, la chamba comprometida, la literatura, el lenguaje relajado, la pasión por la gastronomía y apoyar a las cocineras tradicionales. 

Desde ese día iniciamos proyectos para las cocineras, trabajamos en dos vías, aportaba a las cocineras tradicionales de Viesca y con frecuencia, me invitaba a capacitaciones con las de Saltillo y Arteaga.

Escribió el bello libro Saltillo de mis sabores: Apuntes de la cocina tradicional, en que dignificaba la cocina de Saltillo y me condecoró con el prólogo. 

Chuy me acercó a las cocineras de Saltillo y Arteaga y atendió a las Viesca cuando yo no pude continuar, me presentó grandes personalidades de la gastronomía del país y me contagiaba y compartía de sus proyectos. 

El chef Willie González y yo lo acompañamos a su examen profesional de maestría. Me contaba lo que le implicaba su doctorado en el Tec de Monterrey, que terminó con satisfacción.

Su energía lo mantenía con varios proyectos a la vez, ya que también se desempañaba como delegado del Conservatorio de la Cultura Gastronómica Mexicana, junto con el reconocido chef Juan Ramón Cárdenas. 

En el 2018 fuimos al Foro Mundial de la Gastronomía Mexicana, en Long Beach, California. Representamos al estado en el país vecino con tres cocineras Paty --- de Saltillo; Perla ----, de Arteaga y Elvira McCoy, de Viesca. 

Conocimos a cocineras y chefs reconocidos y ambos nos emocionamos con la aventura. La convivencia intensa unió nuestros lazos y ahí nos pusimos los respectivos motes de mi lady y mi gentleman.

Recuerdo cuando me llamó para contarme que empezaría a ser pluma del periódico Vanguardia, sus textos eras amenos, ilustrativos y documentados. Siempre buscaba la dignificación de nuestra cocina y sus cocineras.

Hace unos meses me confesó que su salud demeritaba, le hicieron varios estudios hasta descubrir que tenía cáncer. 

Me sorprendía su fortaleza, decía que no le iba a ganar, que tenía muchos planes. Le daba aliento y en verdad pensé que lo vencería. Pero el destino le hizo una mala jugada. 

El pasado domingo me escribió Christian, su compañero, para comentarme que ya había trascendido. Una vida plena y fructífera en sus 38 años. 

Chuy Salas nos deja un gran legado y a muchos de sus amigos, los latidos derrengados.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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