Nada nuevo traerá la elección del próximo primero de junio a excepción de los resultados que arrojarán las votaciones históricas para la inminente renovación del Poder Judicial de la Federación, que tampoco serán sorpresivas, toda vez que en Durango podrían "brincarse" el proceso y de facto nombrar a los nuevos funcionarios de la Judicatura y en Coahuila -no tan descarado- pero sí con un 60 por ciento de personajes ya "cantados", creo que en el resto del país la situación se va a repetir.
El número interesante va a ser definitivamente el índice de participación, que sin ser vidente y a "ojo de buen cubero" será mísero, vergonzoso y el gasto simplemente innecesario.
No nos queda exactamente claro (la verdad) cómo vamos a votar, por quién y (preponderantemente) qué carajos va a hacer esos funcionarios públicos, preocupante ¿No? Desconocemos la forma, quiénes son, qué credenciales portan y si son aptos o no para juzgar o para abordar un caso judicializado.
Por lo demás, despreocúpese en Durango las cosas están más frías que una "cheve" en el congelador, considero que los contendientes (todos) no quieren arriesgar absolutamente nada, están "guardados" por temor al escarnio porque la mayoría (sino es que todos), tiene su pasado, sus "pecadillos", que al final del día suman (para mal, por supuesto).
Durango, por antonomasia tiene muy malos números, salvo sus honrosas excepciones, los alcaldes llegan con porcentajes de votación que pondrían en duda su legitimidad, la última de esta condición es Marina Vitela, la morenista que ni siquiera tenía el 30 por ciento al ganar la elección, Marina la que intentó ser gobernadora y no lo logró, de premio de consolación obtuvo una diputación federal y no obstante de su situación buscó ser candidata a la alcaldía de nueva cuenta, por desgracia la encuesta le falló y regresó a dar la revancha su acérrima enemiga Betzabé Martínez (aunque ahora se juren amor eterno).
Fuera de eso nada, no hay nada, son las mismas propuestas, las mismas caras, las mismas diatribas y posibles soluciones.
Todos enarbolan el tema de la seguridad como eje prioritario de sus campañas, pero estoy casi seguro que ninguno tiene la suficiente experiencia, ni voluntad para hacerlo, estamos ante un enemigo que nos "pisa los talones" y por desgracia no hay material para trabajar.
Creo que lo más importante es la evaluación -total- el gasto ya lo hicimos, pues de menos hay que desquitarlo, infórmese desde cualquier medio, búsquelos en internet, ahí están datos de las vidas y obra de todos y con base en esos datos salga a votar, insisto, el gasto fue obsceno, lo que nos toca es participar y llevar al menos "peor" a los diferentes puestos que están en disputa.
