Política

El Plan del Zapote

  • Columna de Ángel Aguirre Rivero
  • El Plan del Zapote
  • Ángel Aguirre Rivero

Por si alguien tuviera dudas de que desde las tierras surianas guerrerenses surgió la chispa que encendió la llama que cambió la historia de la nación, baste decir que quien la encendió fue precisamente un bisnieto del general José María Morelos y Pavón: Eusebio Santamaría Almonte.

La inconformidad, la lucha por los derechos y la defensa de los ideales han sido el motor de las transformaciones y el eje principal en la narrativa de la vida de los guerrerenses.

Nueve años antes de que estallara en el país el movimiento revolucionario para deponer a Porfirio Díaz del poder, surgió en un pueblo de Guerrero, Mochitlán, El Plan del Zapote, movimiento precursor de la Revolución Mexicana.

Eusebio Santamaría desciende del linaje del general José María Morelos y Pavón. En los registros históricos consta  que éste vivió un tiempo en Carácuaro, Michoacán; donde tuvo varios hijos con doña Brígida Almonte. Dos de sus hijos, Juan Nepomuceno y Eligio Almonte.

“Eligio Almonte tuvo una hija, Martina Almonte; quien se casó con Rafael Santamaría en Cutzamala y tuvieron a Eusebio, Severo y Tránsito Santamaría Almonte” (“El Plan del Zapote: cuando el fuego de la revolución ardió en Guerrero”, en México Desconocido).

Eusebio Santamaría Almonte dio sus primeras batallas ideológicas como articulista en periódicos y revistas locales, fue poeta y orador y al lado de Rafael Castillo Calderón, fundó en Cuautla Morelos el periódico de denuncia Ecos del Sur.

Santamaría al lado de Rafael del Castillo Calderón, se opusieron a la reelección del entonces gobernador de Guerrero, Antonio Mercenario.

Rafael Castillo participó en el proceso electoral, pero al consolidarse el triunfo de Pofirio Díaz contra José Yives Limantour, Mercenario se proclamó también ganador.

Rechazado por la gente, Antonio Mercenario fue forzado a renunciar a la gubernatura el 15 de enero de 1901 y fue sustituido por un enviado de Pofirio Díaz: Agustín Mora.

Eso encendió la inconformidad, y el 8 de abril de 1901, Rafael del Castillo Calderón se pronunció contra el régimen porfirista en Mochitlán a través del Plan del Zapote, donde Eusebio Santamaría Almonte, Rafael del Castillo Calderón y Anselmo Bello llamaron a las armas y se pronunciaron en contra del régimen porfirista, bajo la sombra de un viejo zapote.

Los puntos principales del Plan del Zapote fueron los siguientes:

Desconocimiento del régimen porfirista.

Reformas a la Constitución de 1857 para adaptarla a las necesidades de los campesinos y los obreros.

Reparto de tierras y haciendas de los latifundistas, comenzando con las de Tepechicotlán, San Miguel y San Sebastián, del distrito de Guerrero y demás existentes en el suelo mexicano.

Acuerdo de la Junta Revolucionaria de pregonar el Plan, siendo deber de todos defenderlo.

Victoriano Huerta fue enviado a sofocar la rebelión. La superioridad en número y armamento de su fuerzas se impuso, y los rebeldes fueron derrotados tras sangrientas batallas, logrando varios de ellos sobrevivir y huir del estado, a excepción de Eusebio Santamaría, quien buscó sin éxito, proseguir la lucha.

El bisnieto del Siervo de la Nación fue detenido en Mezcala en la casa de su amigo Elías Ramírez. Ambos fueron fusilados el 5 de junio de 1901 en La Cañada del Zopilote.

Ante el pelotón de fusilamiento, Eusebio Santamaría Almonte exclamó sus últimas palabras: “Soldados, soy inocente. Mi único delito es haber luchado en la prensa por la felicidad de Guerrero ¡Ojalá mi sangre haga la felicidad de mi querido estado!”

Hoy sus restos descansan en la Rotonda de los hombres ilustres en Chilpancingo.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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