El doctor Saab Karam Magallanes, cursa el segundo año de la residencia en Ortopedia en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores al Servicio de los Poderes del Estado de Puebla (ISSSTEP).
En el 2017, se graduó como médico en su natal Monterrey, Nuevo León, y hoy, a cuatro años de convertirse en galeno y por las experiencias que ha presenciado durante la atención a la población durante la pandemia, está más que convencido que su profesión está conformada por héroes.
“Creo que actualmente hemos demostrado, todos, todos (nuestra sensibilidad y deseo de servicio). He visto a muchos colegas que realmente se han puesto la capa de héroes”.
Añade que “incluso muchos nos contagiamos, me incluyo, y aún así estuvimos al pie del cañón. En el hospital donde estoy dos o tres no se contagiaron y sacaron el trabajo porque el resto estábamos incapacitados”.
Remarca que ninguna especialidad y ningún médico estuvo exento de esto, “colegas míos, con quienes compartí la carrera, fallecieron. También allá en Monterrey muchos compañeros fallecieron”.
Por lo anterior, y porque este 3 de diciembre se conmemora el Día Internacional del Médico, quiso realizar un homenaje a todos sus compañeros de profesión, especialmente a aquellos que perdieron la vida por la pandemia del SARS-CoV-2.
Agrega que, una muestra más de esa entrega es que muchos de sus compañeros por la epidemia dejaron de lado su proyecto personal de prepararse en una especialidad para atender a la población que lo requirió.
“Muchos dejaron de lado sus estudios para prestar sus servicios como médicos generales”, resalta.
Apunta que cambió mucho la dinámica de la residencia, especialmente la práctica bajó bastante, lo que les merma en su formación.
“Uno como traumatólogo está formándose con pacientes que tienen padecimientos de origen agudos, traumatismos, fracturas, luxaciones, etcétera, todo eso fue disminuyendo por la cuestión de la pandemia, pues por la contingencia la gente estaba resguardada”.
Menciona que eso en lo académico les afectó, especialmente en el aspecto de la formación quirúrgica.
Mientras que en lo laboral, “muchos, así lo vi, al egresar pidieron ingresar a la primera línea de contingencia en los hospitales de primero, segundo nivel para estar ahí, en urgencias respiratorias, apoyando en el tema del covid-19. Lamentablemente muchos de mis conocidos fallecieron. Fue un tema duro”.
Expresa que toda esta situación, combinada con el alargamiento de la pandemia, está provocando desconcierto en el plano laboral, especialmente en aquellos que están por graduarse o que están en proceso de una especialidad.
“¿Dónde van a acomodar a tanta gente? Pienso que la cuestión administrativa o la política están mal enfocadas. Creo que no faltan médicos, lo que faltan son lugares para laborar. Muchas veces quieren concentrar todo en las ciudades, no se van a los pueblos. Creo que está mal distribuido el recurso humano médico en el país”.
Por otra parte, lamenta que por la dinámica que se implementa en los servicios de salud pareciera que se ha perdido un poco del sentido humano y sensibilidad al momento de atender a los enfermos.
“A veces por el mismo sistema de salud, que realmente está colapsado no se da abasto con tantos pacientes y tienes un periodo de tiempo determinado, en el cual tú tienes que arrancarte a ver 40 consultas en ocho horas, que es humanamente imposible”.
Anota que por ello, “se presta que las personas externas crean que estamos insensibilizados, (pero) ese no es el tema, mucha gente no se da cuenta que estamos sobresaturados y no podemos dar la atención que nosotros como médicos nos gustaría dar, más integral, más personalizada”.
Reitera que por el corto tiempo para cada paciente, “no puedes darte abasto, no tienes ni tiempo para preguntar cómo le ha ido en el día, a veces no puedes mirarlo ni a los ojos porque tienes que estar haciendo una nota medica”.
Finalmente, deja en claro que los profesionales de la salud “nunca vamos a actuar de una manera insensible”.
CHM