Al Pacino hizo una cinta en 2002 que hoy parece advertencia disfrazada de anécdota. No, no es Wag the Dog. Simone nos contaba la historia de un director de cine que crea a la actriz perfecta, de la que el mundo entero se enamora, y cuya presencia comienza a destruir poco a poco a su propio “descubridor”. Lo aterrador era que nadie sabía que Simone era una creación digital, una ilusión. Cuando Viktor (Pacino) intenta desaparecerla, las consecuencias resultan insostenibles, incluso delictivas, para quien la inventó. En aquel entonces los geeks entendimos que era una advertencia. Y bueno, pues ya llegó la hora: ¡les presentamos a Tilly Norwood!.
Tilly es joven, caucásica, expresiva, de cabello castaño ondulado y ya es descrita como uno de los rostros más capaces de generar emociones en su público.
Al menos eso aseguraron en el Zurich Summit, ligado al Festival de Cine, donde se presentó formalmente: una creación de IA “lista para trabajar” y, según sus creadoras, hasta para ser representada por las grandes agencias de talento en Hollywood y el mundo. Por supuesto, esto ya levantó la ira —más que comprensible— de muchos actores que ven claro que, si la empiezan a “contratar”, todo irá cuesta abajo. Tilly nunca será parte de SAG-AFTRA (al menos espero que no), el sindicato que en 2023 se fue a huelga justamente por este y otros temas, logrando un contrato con el que podían vivir. Ese acuerdo, firmado por tres años, expira a fines de 2026: es decir, le quedan alrededor de 15 meses de vigencia antes del siguiente round de negociaciones. Y los magnates de la IA ya hacen fila para modificar esas cláusulas a su favor. ¿Ya les dio miedo?
Como público, lo único que podemos hacer es decirle a Tilly —y a quienes vengan— que gracias, pero no gracias. El costo para el arte sería demasiado alto.