El mayor de los temores en el albor del 2021 no es el terrible paso de la pandemia, ni los últimos días de Donald Trump cerca de un arsenal nuclear; ni siquiera es la frontera de nuestra débil economía; el peor miedo de la población es el espionaje comercial de WhatsApp.
En la última semana para usar la aplicación de mensajería fue necesario aceptar los nuevos términos y condiciones, ese apartado que nadie lee, pero todo mundo sabe que existe.
Desde hace más de tres años que WhatsApp, ahora propiedad del monopólico Facebook, ha roto las barreras de villanía al admitir que la información que proporcionamos es registrada para convertirse en métricas comerciales, las cuales son vendidas a la industria para que aparezcan los famosos anuncios en nuestro entorno digital.
Cualquier mensaje que se escriba o foto que se mande es un ‘lead’ en lo que podría traducirse en una venta, inclusive, autorizas que los números de tu agenda (sólo los dígitos) sean añadidos al emporio de los algoritmos.
Existen dos corrientes de este apocalipsis: quienes vieron el documental de Netflix sobre los ex trabajadores de la industria de las redes sociales que ahora son activistas por la libertad y el libre albedrío.
El otro es quien ha admitido que no hay nada por hacer, que si uno quiere usar una app sin intercambio monetario el precio es pagar con información que luego puedes ignorar con addblockers.
Además, hay quienes desean que el algoritmo los mantenga en línea con refinadas recomendaciones de lo que se quiere ver en YouTube o comprar.
En realidad, es que no hay nada nuevo, en teoría son los mismos términos y condiciones desde hace más de una década, pero hoy se busca tener un miedo consolidado, que el enemigo sea el mismo para todos o que mejor no exista.
Por otro lado, lo que sí es nuevo y es de temerse son las nuevas prácticas de Facebook para evitar el lenguaje soez.
La página ahora puede bloquearte si escribes groserías o insultos raciales y sexistas, aunque sea por “error” o de “broma”.
A una amiga le pasó, pero es un estigma que deberá cargar por 72 horas.
Si en un futuro las inteligencias artificiales se moldearán en base a nuestras actitudes en línea, entonces nos espera un terrible prosperar digital.
Al menos ya no tenemos comunismo.
@robbcarsonn