Se nos ofreció que tendríamos servicios de salud como los de Dinamarca, pero a siete meses de que termine el actual sexenio, la realidad sigue siendo muy lastimosa. El sistema público de salud carece de todo, médicos, enfermeros, equipo para cirugías y tratamientos, insumos, pueden pasar meses para llegar con los especialistas, y sigue faltando medicinas. Las deficiencias en el sector salud no son nuevas, vienen desde otros sexenios, pero en este empeoró cuando inesperadamente desaparecieron el Seguro Popular y se migró al mal logrado INSABI y luego al IMSS Bienestar, provocando que se agudizara la crisis en medicamentos y vacunas, dejando a muchos más mexicanos (33 millones) sin servicios de salud, como lo reveló el Coneval.
Lastima confirmar que fue el mismo gobierno el que dejó a seis millones de niños y niñas de hasta seis años de edad sin vacunas, porque decidieron no comprarlas, porque lo hicieron con retraso, por tratar de cumplir con su política de austeridad, o porque cancelaron contratos con laboratorios por suponer actos de corrupción que nunca demostraron.
De acuerdo con una amplia investigación del portal Animal Político, en el último año de Peña Nieto no recibieron vacunas 575 mil niños, pero en 2019 se incrementó a 2 millones 600 mil niños que quedaron desprotegidos al no recibir la vacuna BCG para evitar tuberculosis, hepatitis b, tétanos, difteria, rotavirus, neumococo o sarampión. Hay que aclarar que esto fue antes de la pandemia.
La investigación confirma que fueron más niños sin vacunar, también se documentó detalladamente que entre 2019 y 2020 el gobierno de López Obrador gastó 24% más en comprar biológicos, pero adquirieron menos dosis que en 2018. Incluso demuestran cómo la empresa BIRMEX pagó más por vacunas a empresas de la India, sumando utilidad al precio, como si se tratara de una empresa privada.
México fue ejemplo por años de sus programas de vacunación, pero en este sexenio pasó a ser de los diez países con menos vacunas, ubicándonos a nivel de Angola. Las malas decisiones del gobierno de López Obrador, y su incondicional Hugo López-Gatell, solo pueden ser calificadas de irresponsables y hasta criminales. Empieza ya el juicio de la historia.