Mucho ruido y justificado festejo ha causado que, durante el período 2018-2024, según INEGI, 13.7 personas de mexicanos salieron de la pobreza multidimensional, definida ésta como los hogares que no tienen ingresos suficientes para adquirir una canasta básica mensual, alimentaria y no alimentaria (1) , y que no tienen acceso al menos a uno de los siguientes servicios básicos de bienestar: salud, educación, vivienda adecuada, seguridad social, y alimentación.
Esto significa que las causas para que la pobreza a la que se refiere el INEGI haya disminuido en 13.7 millones de mexicanos pueden ser, o un aumento en el ingreso para que a un hogar le alcance para comprar la canasta básica, o a través de un mayor acceso a los servicios básicos. Ambos tipos de causas pueden diferenciarse en las encuestas del INEGI, separando los indicadores de pobreza extrema definida como aquella que afecta a hogares que no tienen ni para comprar una canasta básica mensual. Esto significa que de los 13.7 millones que salieron de la pobreza, 1.7 millones lo hicieron a través de aumento de ingreso para adquirir la canasta básica, y 12 millones lo hicieron al acceder a servicios básicos de bienestar. Es decir, el 12 por ciento de los mexicanos que salieron de la pobreza lo hicieron aumentando sus ingresos y quizás más del 88 por ciento (porque los que salieron de la pobreza extrema pueden haber también aumentado acceso a servicios básicos) lo hizo a través de un mayor acceso a servicios básicos de bienestar. Esto significa que no fue el aumento en el salario mínimo, aumentando los ingresos por trabajo, el principal factor de disminución de la pobreza, como se ha argumentado por algunos, sino que el factor principal fue un mayor acceso a servicios básicos de bienestar.
Ahora bien, notamos en las encuestas del INEGI que mientras los ingresos totales de la población crecieron un 2.2 por ciento promedio anual, al igual que los ingresos por trabajo tanto subordinado como independiente, los ingresos por transferencias crecieron 5.5 promedio anual, al igual que los de pensiones. O sea que si de algún lado vino la disminución de la pobreza extrema fue por el lado de las transferencias, o las pensiones.
Dentro del rubro de las transferencias, las provenientes de otros países crecieron tan solo un 2 por ciento promedio anual, mientras que las de programas de gobierno lo hicieron en un 25 por ciento anual, y son 5 veces más que las reportadas provenientes de ortos países, por lo que es muy probable que el factor principal de la disminución de la pobreza extrema fue el efecto de estos programas, notablemente, el de adultos mayores. Más aún, dentro de las cifras de la ENIGH es al primer decil, al de los más pobres, al que en 2018 no le alcanzaba para la canasta básica, y en 2024 ya le alcanza. Es más, sin transferencias aun no les alcanzaría.
En cuanto al salario mínimo, seguramente su aumento contribuyó al aumento de los ingresos de los trabajadores formales, toda vez que es dentro de este sector donde puede hacerse obligatorio. La economía laboral convencional indica que, si el aumento en el salario mínimo aumenta el salario promedio más arriba de su equilibrio, el resultado es que los trabajadores formales que sobran son despedidos y estos ingresan al sector informal. Y esto no ha sucedido en México.
En conclusión, la disminución de 13.7 millones de mexicanos en pobreza multidimensional se debe principalmente a que más de 12 millones tienen mayor acceso a servicios de bienestar, como es la educación, la salud, y el acceso a vivienda digna. El otro factor fue que 1.7 millones de mexicanos salieron de la pobreza extrema, es decir, ya les alcanza para la canasta básica, donde la principal razón para que les alcance son las transferencias de los programas de gobierno. El aumento en el salario mínimo no contribuyó significativamente a esta mejoría en la pobreza, ya que afectó a la población formal que en su mayoría tiene ya acceso a beneficios de salud, y no se encuentra en el primer decil, es decir, de los mas pobres. El aumento en el salario mínimo fue absorbido por las empresas formales sin afectar el desempleo formal, es decir, los trabajadores estaban sub-pagados en relación con su productividad.
(1) La canasta no alimentaria contiene principalmente productos de higiene, y acceso al transporte