Según el censo económico de 2024, el número de establecimientos creció sin precedentes, en un 8 por ciento anual, es decir, pasó de 4,800,000 a 7,000,000 de establecimientos de 2018 a 2024. Los sectores que más crecieron en número fue el manufacturero y el de comercio, un 40 por ciento durante el período, mientras que el de servicios creció un 20 por ciento. Los establecimientos no son recientes pues un numero relativamente pequeño reporta haber iniciado operaciones durante 2023. Este crecimiento es atípico, es decir los períodos anteriores del censo marcan crecimientos en número de establecimientos de 2.7 promedio anual.
Este crecimiento inusual en establecimientos podría estar explicado por el Covid, donde los agentes económicos substituyeron sus empleos corporativos perdidos por el emprendimiento, y que por lo visto han subsistido. Anecdóticamente he sabido de casos de hombres y mujeres que, ante la necesidad de generar ingresos, establecieron negocios novedosos donde les va ahora mucho mejor que cuando estaban empleados.
El fenómeno del emprendedurismo se refiere al proceso mediante el cual individuos o grupos identifican oportunidades de negocio y deciden desarrollar proyectos o empresas con el objetivo de generar ingresos, satisfacer necesidades del mercado, o resolver problemas sociales. Este fenómeno ha ganado mucha relevancia en las últimas décadas, impulsado por la innovación tecnológica, cambios en el mercado laboral y una creciente cultura de la autonomía y la autoeficacia. Son muchas las ventajas de este fenómeno. Por un lado genera empleos y contribuye al crecimiento económico. Por otro lado genera innovación, pues solamente innovando los emprendedores encuentran un nicho de mercado
La sostenibilidad de los nuevos negocios generados solamente puede explicarse por acceso al financiamiento El desarrollo de fondos de inversión que apoyan a startups y emprendedores en México ha experimentado un crecimiento notable en la última década, reflejando el auge del ecosistema emprendedor en el país. En este sentido México ha visto un aumento significativo en la creación de startups, impulsado por la innovación y la digitalización. Estos emprendimientos abarcan diversos sectores, como tecnología, salud, educación y sostenibilidad. Además de los fondos de inversión, el ecosistema emprendedor incluye incubadoras, aceleradoras, eventos de networking y espacios de coworking, lo que crea un ambiente propicio para el desarrollo de nuevas empresas. Han surgido varios fondos de capital de riesgo que se enfocan en invertir en startups en etapas tempranas, pero también en empresas en crecimiento. Por ejemplo, fondos como ALLVP, Nekta y Ventures México han tenido un papel importante en proporcionar capital y asesoría. Tanto inversionistas locales como fondos internacionales han puesto su mirada en el mercado mexicano. Firmas como Sequoia Capital, SoftBank, y 500 Startups han realizado inversiones significativas en startups en el país. Los fondos han diversificado sus inversiones en distintos sectores, incluyendo fintech, e-commerce, salud, tecnología de la información y sostenibilidad, lo que refleja la versatilidad del ecosistema mexicano. También ha crecido el interés por los fondos que buscan generar un impacto social y ambiental positivo, además de rendimientos económicos.
Todo lo que estos fondos necesitan es un compromiso del sistema financiero mexicano, en la forma de capital de riesgo, en proporciones muy pequeñas; y esto no se ha podido lograr. El único ejemplo, Fondo de Fondos, está totalmente comprometido desde hace muchos años ya, y no se ha logrado que las afores mexicanas le apuesten a ese mercado. Si se lograra que lo hicieran, el sistema emprendedor mexicano sería un importante motor de desarrollo de México.