Hambre.
Es una palabra desagradable y una situación terrible.
Estar en situación de hambre es algo que ningún ser vivo debería pasar.
Menos un niño. Menos una madre.
Sin embargo, muchos niños y madres en todo el mundo tienen hambre, mientras en otras partes del mundo se desecha comida, mientras buscamos llegar a otros planetas y gastamos en bolsos caros.
¿Qué es lo que motiva a los padres de México para abandonar masivamente a sus hijos condenándolos al hambre?
Eso hacen, dejar de dar pensión es matar de hambre a un niño.
Y la madre o la familia son quienes reaccionan para alimentar, calzar, educar y criarlo en vez de aquel que tiene la responsabilidad de hacerlo.
Este lunes vi a muchas madres corriendo rumbo a la escuela, reciclando la mochila del ciclo anterior y preocupándose por ello, contando los pesos para poder enviarles un lunch saludable o dando dinero para que pudieran comprar en la cooperativa.
Mamá, lo estás haciendo excelente. Estas proveyendo ahí donde aquel eligió dejar de hacerlo.
Estas cumpliendo un montón de roles que no te pertenecen, gestionando carga mental y alargando los pesos para que alcancen.
Ojalá las mamas del mundo pudieran detenerse para darse cuenta de todo lo que están logrando: aquí, con la carga “habitual” de maternar a solas, de sostener con un sueldo un hogar que debería sostenerse con dos, de vivir con salarios bajos y la invisibilización de su trabajo de cuidados; y allá, con las bombas, la comida contada, las enfermedades, sin escuela, corriendo de un lado al otro para refugiarse de los asesinos de niñeces que lanzan fuego desde el cielo.
Las madres del mundo estamos luchando, cada una desde su trinchera, cada una con sus cargas, cada una invisible, pero alimentando la muy real hambre de las niñeces, lo mejor que pueden, con todo el amor que pueden.
Si ves a una madre luchando, acompáñale, recuerda que la crianza es comunitaria, escucha, deja que el niño hambriento se coma el plátano en lo que la mamá paga, sonríe, respalda, sostén, no abandones.
Las madres del mundo luchan y nosotros debemos luchar con ellas.