En la actualidad, así como en épocas remotas, la infraestructura de un país determina en gran medida su desarrollo y bienestar. Los romanos establecieron una red de caminos, carreteras y puertos nunca antes vista en esa época. Esta conectividad les permitió aumentar y mejorar el comercio, fortalecer su economía y otorgar mayor comodidad para sus habitantes.
Lo que se veía hace dos mil años continúa vigente, la infraestructura y conectividad tienen como resultado que un país prospere. Y los efectos se traducen claramente en la calidad de vida de las personas.
Justo hace unos días, México adquirió la Categoría 1 en materia de aviación. Esto fue resultado de muchas acciones para mejorar la regulación en materia de aeronáutica. Las reformas que aprobamos en el Congreso de la Unión permitieron contar con un órgano regulador (AFAC) con autonomía, mayores funciones, capacidad de establecer multas, así como presupuesto.
Asimismo se aumentó la capacidad de supervisión del Gobierno federal sobre las compañías de aviación. Nada es casualidad en este mundo, todo es efecto o consecuencia de una causa. El afianzar la máxima categoría es efecto de las acciones que el Gobierno federal estableció para mejorar el sector aeronáutico, que había estado tan abandonado en las últimas décadas.
Como efectos inmediatos, la Categoría 1 nos permitirá establecer más de 50 nuevas rutas a destinos en el extranjero. Estos destinos serán a Asia, Europa, Norte y Sudamérica, inclusive está la posibilidad de tener nuestro primer vuelo directo al continente africano.
Adicionalmente se espera que aumentará en más de un millón de pasajeros que pasarán por los aeropuertos mexicanos. Aviones nuevos que ya se habían adquirido o rentado por las aerolíneas ya podrán utilizarse y los nuevos aeropuertos que ha construido, ampliado y remodelado el actual Gobierno tendrán un aumento de flujo.
Como dice la frase ampliamente utilizada, Roma no se construyó en un día. Pero sí se construyó con acciones constantes de personas comprometidas.
En México se está apostando por la inversión en infraestructura. Ésta nos conectará entre nosotros mismos en este vasto territorio de 2 millones de kilómetros cuadrados, así como con el mundo. ¡Sigamos avanzando!