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Yoga para volar libres

¿Quién después de un vuelo de más de cinco horas, en la cada vez más apretada clase turista, no ha llegado entumido, adolorido o contracturado a su destino? La idea, desde luego, no es dejar de viajar, sino de tomar medidas que nos ayuden a pasarla menos mal en los extensos y extenuantes trayectos aéreos.

Además del conocido y molesto jet lag, permanecer sentado mucho tiempo afecta, de entrada, la columna vertebral a nivel lumbar y cervical. La falta de movimiento en músculos y articulaciones puede causar rigidez y dolor en cuello, hombros y espalda, además de que la mala circulación provoca retención de líquido en piernas y tobillos. Hablando del sistema digestivo, este puede verse afectado con estreñimiento, indigestión o reflujo.

Hidratarse y levantarse cada hora para evitar que la sangre se acumule en las extremidades inferiores es muy útil, pero además hoy te recomendamos algunas asanas que pueden ayudarte durante el vuelo.

ILUSTRACIÓN: MOISÉS BUTZE
ILUSTRACIÓN: MOISÉS BUTZE

En primer lugar Marjaryasana, la postura del Gato, y Bitilasana, la postura de la Vaca, alivian en complemento dolores de espalda al favorecer la circulación de las vértebras, también mejoran la digestión. Sentado con la espalda recta y los pies en el suelo, coloca las manos sobre las rodillas. Inhala y arquea la espalda llevando los hombros hacia abajo juntando los omóplatos para la Vaca. Exhala ahora redondeando la espalda, baja la barbilla hacia el pecho y deja que los hombros y la cabeza avancen a la posición del Gato. Repite varias veces.

Otra buena postura es Ardha Matsyendrasana, la Media torsión, porque al girar el torso, se estira la columna y se libera la tensión y el dolor. Además facilita la digestión y alivia el dolor menstrual y la fatiga. Para hacerla, inhala, coloca la mano derecha en la parte externa de la rodilla izquierda y alarga la espalda. Gira el tronco y, si fuera necesario, ayúdate del brazo del asiento para realizar la torsión. Sostén cinco respiraciones y cambia de lado. Para profundizar la torsión, cruza una pierna sobre la otra.

Finalmente, Uttanasana, la postura de la Pinza estira isquiotibiales y músculos erectores de espalda, aliviando tensiones de ciática y relajando la rigidez lumbar y cervical. Con la espalda recta inhala profundamente, levanta los brazos y exhala mientras flexionas el tronco para tocar el suelo con las manos. Realiza cinco respiraciones profundas y regresa a la posición inicial. 

(Con información de diariodelviajero.com, artofliving.org y larazon.es)


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Marién Estrada
  • Marién Estrada
  • [email protected]
  • Periodista egresada de la Universidad Iberoamericana, especializada en temas de cine y conciencia. Desde 2015 escribe la columna "Mente y Cuerpo Sanos" en Notivox Diario. Es autora de "Yoga en tiempos sociales".
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