La importancia de la estadística debería dar lugar a tomar algunas decisiones oficiales o personales para solucionar problemas que podrían desaparecer o reducir al estudiar, analizar y decidir.
Si no hay atención y búsqueda entonces el trabajo del Inegi, en este caso, resulta inútil y costoso. Por ejemplo, cuál es el resultado de conocer la cantidad de accidentes fatales o incapacitantes si no se aplican soluciones para combatirlo.
En el sur de Tamaulipas por ejemplo, el accidente de vehículos se incrementa cada año por choques, atropellamientos o volcaduras. Allí está el problema, pero las personas que conducen siguen con sus malos hábitos y los peatones no aprenden a usar las calles. La autoridad no actúa.
En nuestro país el año pasado, según el mismo Inegi, fallecieron 818 mil 437 personas, a causa de enfermedades del corazón e hígado, diabetes, tumores malignos, accidentes, influenza, neumonía y homicidios; mayoritariamente en Edomex, CdMx, Jalisco, Veracruz, Puebla y Guanajuato.
El Consejo Nacional de Población estima que en este año habrá alrededor de un millón 900 mil nacimientos, es decir, 5 mil 200 diarios, un acumulado sexenal de 11 millones que origina las políticas públicas al respecto.
En lo internacional, la despoblación se ha convertido en una amenaza; la fertilidad a nivel global va disminuyendo. El promedio de bebés que puede tener una persona es de 2.25, tasa que la Organización de las Naciones Unidas ubica como la más baja registrada en la historia, porque la población mundial es de más de 8 mil millones de personas, esperando una población máxima de 10 mil millones para el año 2080 y posteriormente habría una disminución considerable.
La disminución demográfica es vista como una oportunidad, por un lado, para mejorar las condiciones de vida, no obstante, se infiere que la despoblación podría generar problemas económicos y sociales que no han sido calculados en este sentido. Investigadores han publicado artículos sobre las consecuencias de que se permita la caída poblacional, bajo el argumento de que se necesitan trabajadores y mano de obra para impulsar el crecimiento económico.
Los nuevos matrimonios o parejas ubican la preferencia de gastar sus recursos en otro tipo de necesidades que en tener hijos.
Estamos ante un debate por demás interesante entre lo que son los proyectos personales y los familiares.