Política

El derecho a la vida debe confirmarse

  • Columna de María Doris Hernández Ochoa
  • El derecho a la vida debe confirmarse
  • María Doris Hernández Ochoa

Entre las peores atrocidades que puede hacer una persona es la de atentar contra la vida del no nacido porque se aniquila la vida de un inocente, de quien no puede defenderse ni quien lo defienda. Si acaso una mujer cuando no es ésta la protagonista del infanticidio.

Los cuatro derechos sustantivos a la vida, a la verdad, a la justicia y a la libertad, prevaleciendo el derecho a la vida porque es un derecho en sí mismo y no porque los padres o la sociedad lo deseen.

Someter el derecho a la vida el derecho de quien fuere, equivale a instaurar la arbitrariedad como raíz de un orden jurídico que tenderá invariablemente al totalitarismo y a la ley del más fuerte, cuyo deseo es instituido como creador de sujetos de derecho.

En la realidad humana, las fuerzas destructoras han estado presentes a lo largo de la historia expresándose en guerras y revoluciones, evitándose en algunos casos en la política para lograr la paz, pero cuando fracasa sigue la guerra.

En esta discrepancia han muerto millones de seres humanos a través de los siglos, especialmente en el Siglo XX, precio demasiado alto para los frutos que arrojó sobre las cenizas la paz.

Los cuatro derechos señalados que han demandado los instituciones y pensadores humanistas son indispensables para la fortaleza y reconstitución del Estado, para convertirlo en lo que debe ser por su origen y vocación: un instrumento al servicio de cada persona, protector de la vida, garante de la seguridad, promotor de la justicia y defensor de las libertades.

Un Estado que es contrario a esta vocación es rehén de las más oscuras y siniestras fuerzas humanas, las que abrazan la cultura de la muerte como el medio para lucrar con el dolor, dividirá a las personas introduciendo el odio y desintegrar las instituciones sociales, culminando con la más valiosa institución social que es la familia.

Quien niega o tolera semejantes regresiones es culpable porque está hundiendo la cultura por la que históricamente ha luchado, porque al negar sus raíces de esplendor y vitalidad afecta a la matriz cultural que han cultivado nuestros antepasados.

Tendremos que oponernos por ello a todo intento, promoción o decisión gubernamental que afecte la tradición, las creencias religiosas por el derecho a la vida… la familia es primero.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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