Me preguntan mucho qué va a pasar con los mercados en las elecciones. La verdad es que los mercados siempre tienen un candidato preferido y, ante la amenaza de que algo pueda no ir bien, también pueden reaccionar de manera adversa.
En el caso mexicano hay dos candidaturas con posibilidades reales de llegar a la silla presidencial. Por cierto, ambas son mujeres. De alguna manera, una significa la continuidad del actual régimen. La otra puede implicar un cambio. Yo pienso que si el proceso electoral es limpio y la candidata perdedora así lo reconoce y no hay conflictos o temas relacionados con protestas o alegatos de fraude, a los mercados por el momento les da igual quién gane.
Por desgracia, las propuestas no se ven radicalmente diferentes a lo que tuvimos y tenemos. Me refiero a que no se está planteando una verdadera reforma fiscal, un plan de inversión muy agresivo en infraestructura, educación y seguridad. De la misma forma que hemos visto cómo, a pesar de todos nuestros problemas, el dinero sigue fluyendo a México, nuestra privilegiada situación geográfica está por encima de eso.
En resumen, si todo transcurre en un marco legal adecuado y la candidata vencedora es reconocida después del proceso por todos los actores políticos, no veo una preferencia de los mercados por una o por otra.
En Estados Unidos veo mucho más impacto en los mercados por el resultado. Donald Trump, al ser republicano, promercado y de orientación a estimularlo a través de bajas de impuestos, se puede decir que Wall Street “lo prefiere”, pero si ganara Joe Biden, tampoco se ve que las repercusiones posibles fueran negativas.
Lo que sí creo que puede ocurrir es que el triunfo de Trump le impactará más a nuestro país, con lo que veo un desliz de nuestro peso mucho más agresivo que si continuara la presidencia de Biden. Si gana el republicano, estoy seguro que su popularidad en gran medida se basará en declarar o, en su caso, empeorar guerras comerciales con China y México, y eso sí impactará en el tipo de cambio y, probablemente, hasta en el crecimiento económico.
Ante estos procesos electorales, nuestro peor escenario, aquí y allá, no se ve tan adverso. En cierta medida es triste porque tampoco se ve un cambio radical. En resumen, más de lo mismo.
Lo que sí veo como una buena oportunidad es la inversión en dólares y activos de ese país ante la actual cotización de la moneda.