Una estimación de la ONU, advierte que en 2019 se contabilizaron 690 millones de personas en hambruna; los especialistas señalan que el elevado costo de los alimentos nutritivos y la escasa accesibilidad a dietas saludables para un gran número de familias impiden a millones de personas lograr una alimentación saludable o nutritiva.
De manera increíble, el desperdicio de alimento a nivel global se ubica en aproximadamente 35%.
Otra cuestión importante en la alimentación mundial es la reducción de especies y variedades a la que nos ha llevado la industrialización agrícola; 60% de la energía alimentaria del planeta está basada en el consumo de cinco cereales: maíz, arroz, trigo, mijo y sorgo.
El consumo humano de mijo y sorgo en México, a pesar de su aporte alimenticio, es prácticamente nulo, aquí las producimos para alimentar al ganado.
Lo mismo pasa con una gran cantidad de plantas que alguna vez se consumieron y tienen gran aporte alimentico y que se han dejado de consumir.
Dos especies que crecen silvestres en nuestra región ilustran bien este caso, el quelite (que también usamos para alimentar animales) y las verdolagas, cuyo consumo prácticamente ha desaparecido.
Hay muchas preguntas por resolver en la mesa: Por qué sólo comemos nopales, garbanzos y lentejas en tiempo de cuaresma. E
n cualquier parte del año podríamos consumirlas, son deliciosos y de precio accesible. Más preguntas, por qué ya no comemos acelgas o espinacas.
Muy norteño-laguneramente si no hay carne no hay comida; la huella ecológica detrás de un delicioso y sustancioso bife es una cantidad enorme de agua para producir los forrajes que necesitan nutrir al animal y una enorme cantidad de gases carbonados emitidos a la atmósfera que, tristemente comprometen el futuro de nuestra existencia en este planeta.
Sé que es muy difícil volverse vegetariano, pero creo que necesitamos repensar sobre lo que ponemos en nuestra mesa.
No necesariamente deberíamos de dejar de comer carne, pero si debemos reducir bastante su consumo y buscar fuentes alternativas de proteína.
Existen alimentos diversos de este bendito país que nos vio nacer, pleno de recursos naturales que pueden nutrirnos pensando en el futuro de nuestros nietos.