Cultura

COVID 19 y el juicio de la historia

  • A morir a los desiertos
  • COVID 19 y el juicio de la historia
  • José Manuel Vázquez Navarro

La historia nos enseña que las crisis ponen a prueba a las sociedades o gobiernos y nos permiten visualizar actitudes o conductas, incluso en nosotros mismos, que no imaginaríamos. Nuestras reacciones y las de nuestros gobernantes ante las crisis pasan, invariablemente, por el escrutinio de la historia.


Lo anterior me trae a la memoria la carta de respuesta del presidente Benito Juárez a una propuesta de Maximiliano de Habsburgo de sumarse a su imperio, Juárez, negándose al cochupo, le señaló al europeo: “Pero existe una cosa que no puede alcanzar ni la falsedad ni la perfidia y que es la tremenda sentencia de la historia; Ella nos juzgará”.


Con respecto al actual hecho histórico que plantea nuestra respuesta como sociedad ante la actual pandemia del COVID 19, creo que hay mucho de verdad en las palabras de Juárez, en cada escollo de la existencia la historia juzga las acciones de quienes vivieron esa época.


De aquí a veinte o cincuentas años las nuevas generaciones verán el veredicto de la historia, en la que sólo se necesitó que nos quedásemos en casa y no lo hicimos; en la que negamos la existencia del problema; en la que hicimos compras de pánico; en la que nos faltó ser solidarios.


Así como hemos escuchado las historias de nuestros padres ante hechos trágicos que les tocó vivir, puede ser que algún día estaremos platicando, quizá con vergüenza, como en nuestra generación en lugar de solidaridad tuvo “memes” de burla y “fake news”; y como la política, en lugar de servir al pueblo se comportó de manera mezquina sacando raja de la desgracia y la muerte de a quienes juraron servir.


En 1989, el historiador Charles E. Rosenberg publicó un ensayo en el que equipara la reacción ante las epidemias como una obra en tres actos. El primero señala que las comunidades tardan en aceptar y reconocer una epidemia, debido a la imposición de los intereses personales y comerciales a la razón.


En el segundo, la sociedad exige un marco como acuerdo colectivo en el que se pueda gestionar la arbitrariedad desalentadora derivada de la epidemia. En el acto final, el más dramático, dice Rosenberg que las epidemias terminan como un gemido, no como una explosión; los susceptibles huyen, mueren o se recuperan y la incidencia disminuye gradualmente. También señala que las epidemias brindan una ocasión para el juicio moral retrospectivo.


La historia sigue su curso, nos llama a escena, Tercer Acto…


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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