Las imágenes son desgarradoras, la magnitud del desastre en Australia es difícil de imaginar.
¡Se han quemado entre siete y diez millones de hectáreas! (como para darse una idea, la superficie del estado de Durango es de 12 millones de hectáreas).
Los incendios comenzaron en septiembre y aún continúan (habrá que recordar que en el hemisferio sur apenas inició el verano) con un pronóstico no muy halagüeño.
Si bien es una de las regiones más secas del planeta, este continente-isla ha sufrido un recrudecimiento de sus temperaturas máximas y de sus períodos de sequía.
Los especialistas señalan que el fenómeno conocido como “Dipolo del Océano Índico”; que en la actual condición, lleva agua más caliente de lo normal hacia África y más fría hacia Australia, lo que causa lluvias torrenciales en los países africanos y sequía en el extremo australiano.
Ese Dipolo del Índico, también llamado “Niño Índico” por su parecido al fenómeno de “El Niño”, había mostrado períodos de retorno extremos de 17 años; los científicos creen que con el calentamiento global esa periodicidad extrema puede reducirse si seguimos emitiendo gases de invernadero al ritmo que lo venimos haciendo.
Por lo pronto, la devastación de millones de hectáreas de superficie verde han producido la muerte ya de 24 personas, millones de animales han perecido o perdido su hábitat, se han destruido miles de viviendas y se han generado doscientos cincuenta millones de toneladas de Bióxido de Carbono emitidas a la atmósfera (y el verano termina hasta marzo).
Tristemente, Australia es de los países con la mayor producción per cápita de CO2 del planeta.
Su generación de electricidad proviene en 70% de carbón y el resto de gas natural; las energías alternativas son prácticamente nulas para este país.
En 1997, Australia y Estados Unidos fueron los únicos países que no ratificaron el Protocolo de Kioto.
Australia adoptó el Acuerdo de París de 2015 sobre cambio climático, pero la llegada al poder del conservador negacionista del climático Scott Morrison en 2018 generó que Australia, en conjunto con Rusia, Turquía y Brasil estén pensando en seguir a Donald Trump, en retirarse del Acuerdo de París.
Incendios en las Californias, en el Amazonas y este infierno australiano, deshielo en el Ártico, inundaciones en África...como que necesitamos hacer algo más que dejar popotes y bolsas; o como Morrison, queremos imitar la estulticia de Trump de no querer ver la realidad que ya está aquí.