Si la misión es transformar al gobierno en un Estado Emprendedor como lo sugiere la economista Mariana Mazzucato, el reto del presidente electo Gustavo Petro debe ser la restructuración y ampliación del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología, e Innovación (SNI) de Colombia. El SNI de un país está integrado por todas las instituciones públicas (junto con sus instrumentos económicos y financieros), el sistema monetario, las empresas privadas, y el sector social.
El enfoque del SNI permite entender de forma óptima el funcionamiento y creación de nuevos mercados o industrias a través de la interacción entre el sector público, privado, y social. Por lo tanto, el SNI colombiano y su urgente reconfiguración es fundamental para alcanzar los objetivos de desarrollo del gobierno entrante.
En Estados Unidos, el SNI ha sido la pieza clave para que este país sea una potencia industrial. Por décadas, el gobierno estadounidense se ha preocupado por crear un gran número de instituciones y en suministrar una enorme cantidad de dinero público para impulsar a todos los sectores productivos de la economía. Por ejemplo, se han creado los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) y el Programa de Investigación para la Innovación de la Pequeña Empresa (SBIR).
El SBIR, fundado por el presidente Reagan, provee más de US$ 2.5 mil millones anuales a la innovación tecnológica. El SBIR cuenta con el apoyo de otras agencias federales y posee una red de instituciones a nivel estatal y local para potenciar la efectividad de dicho programa. A pesar de que el SBIR es un programa pequeño, su efectividad lo ha hecho uno de los ejes centrales del SNI estadounidense.
Estados Unidos es un campeón industrial debido a la poderosa intervención del gobierno en el fortalecimiento de su SNI. La creación de diversas instituciones y el financiamiento público son los engranajes de la política industrial norteamericana.
De acuerdo con mi colega el investigador Andrés Bernal del Global Institute for Sustainable Prosperity (GISP), el presidente Petro se encontrará con un SNI prácticamente desarticulado. “Al igual que en México, la actual estructura del SNI colombiano se conduce bajo las reformas económicas ortodoxas aplicadas en los últimos treinta años”.
Bernal establece que el SNI de Colombia se rige bajo el supuesto de que el sector privado es la única estructura capaz de orientar el rumbo económico del país. “Esta idea equivocada ha ocasionado la reducción del número de instituciones y el debilitamiento de sus capacidades para desarrollar políticas públicas efectivas que resuelvan los problemas actuales e históricos de la sociedad colombiana”.
Para alcanzar un Estado Emprendedor, el gobierno de Petro tiene que hacer lo que en la práctica hace Estados Unidos. Desarrollar integralmente el SNI mediante el fortalecimiento de las actuales instituciones, construir las agencias y los programas públicos necesarios, y usar todo el poder del peso colombiano como correa de transmisión para ampliar la capacidad industrial instalada del país. Con ello, Colombia se convertiría en un ejemplo a seguir en Latinoamérica.