Muchos ya olvidaron, a seis años de distancia, que los integrantes del actual gobierno estatal cimentaron su campaña política renegando de todo partido político, la condición impuesta en su momento por el líder del proyecto: Jaime Rodríguez Calderón.
Bajo el lema de Bronco Independiente y el logo de un caballo convencieron a las masas y el encantamiento fue tal, que hasta los sampetrinos tan apegados al PAN le ofrecieron la mayor tasa de votación por número de habitantes.
Esto costó que dejaran solo por segunda vez (la primera fue en 2009) a Fernando Elizondo, quien en 2015 buscó la gubernatura bajo las siglas de Movimiento Ciudadano. La intención de voto por el ex panista era tan baja que declinó a favor de Jaime Rodríguez a cambio de ser el jefe del Gabinete, posición que a la postre resultó de florero.
Pero el tiempo pasa inexorable y hoy que el gobierno independiente está de salida, requieren de nuevo el cobijo de unas siglas partidistas que les cubran la retirada.
Queda muy claro que los cobijará el PAN, luego de que ayer Manuel González Flores, el personaje más poderoso del gobierno después del Bronco, por lo menos hasta antes del covid, renunciara a la Secretaría General de Gobierno para buscar una diputación federal bajo las siglas albiazules.
Víctor Salvador Canales, el reportero decano de Notivox Monterrey, nos recordó ayer una anécdota que a la distancia parece más bien parte de una comedia política, digna de la que hoy protagonizan en el Palacio de Cantera el gobernador Jaime Rodríguez y su Gabinete independiente.
Cito a Vico Canales: “Recuerdo cuando a Fernando Canales y otros panistas los sacaron los gendarmes cargando como si fueran bultos y los arrojaron afuera de las puertas de Palacio... yo cubrí para El Diario de Monterrey, hoy MILENIO, ese desalojo que surgió por un plantón en las oficinas del secretario general de Gobierno, cuyo titular era Lucas de la Garza y Manuel González Flores auxiliar en la Secretaría Particular del gobernador Jorge Treviño”.
Renunciar a los partidos políticos para acceder al poder fue una buena estrategia en 2015. Hoy parece más bien una farsa que seis años después devino en comedia, al valerse del PAN para seguir en los cargos públicos.
