La razón por la cual escribo esta colaboración es porque la mayoría de las personas que están empleadas, siempre sueñan con el montar una empresa, pero la duda de cómo empezar, iniciar o llevar el sueño a la realidad llena de miedos, dudas o incertidumbre, esencialmente por no saber como arrancar.
Hace algún par de años descubrí un libro llamado “Emprendedor 10%” del autor Patrick J. McGinnis y que realmente recomiendo como una herramienta si es que tienes esa firme intención de fundar tu empresa y hacer realidad tu propósito de vivir haciendo lo que realmente amas, mejorar tú situación económica y por lo tanto emplear tú tiempo de forma valiosa:
“para nunca trabajar”, pues quien hace lo que le apasiona, jamás trabajará.
Durante la crisis económica de 2008 en el inolvidable crack financiero nombrada por algunos autores también como la Gran recesión el autor de este libro Patrick J. McGinnis descubrió que el haber apostado erróneamente a tener un empleo en American International Group, la empresa aseguradora más grande de los E.U., especialmente en un empleo que estaba directamente ligado al riesgo de perderlo derivado de la crisis del 2008, fue una decisión incorrecta.
Por tal motivo, se da a la tarea de escribir el libro que a la fecha ha servido de guía para que los emprendedores “de closet” tengan una guía para poder emprender, sin arriesgar la seguridad de su empleo en lo que logran consolidar sus ingresos para posteriormente en la certeza, de alcanzar cierta estabilidad, logres en esa libertad dejar tú empleo son la seguridad de tener ya una fuente de ingresos que satisfaga tus necesidades básicas.
En el libro podrás encontrar la guía para poder emprender sin dejar tu empleo considerando los siguientes elementos:
1. Deja de idealizar a los Emprendedores que te cuentan la historia de sus inicios en la cochera de sus casas: Emprender hoy en día ha sido “romantizado” pues las series y películas de los 80´s que mostraban las ganancias por ejemplo de trabajar en Wall Street, además que hoy hay testimonios que muestran lo bueno de emprender, por ejemplo, en Silicon Valley, lo que los convierte en yuppies o hípsters, como lo menciona Patrick, lo que, según el autor, ser emprendedor 100% implica riesgos y por supuesto, no es para todos.
2. Administrar efectivamente los recursos:
Analiza y estudia cuántos y cuáles recursos se tienen y cuáles se pueden invertir, ya sean recursos financieros, intelectuales o el tiempo, por ejemplo si puedes destinar un 10% de recursos financieros para comprar productos y venderlos por internet es una idea, si puedes invertir 10% de tu tiempo para asesorar en ese tiempo es otra idea que puede funcionar o si puedes incluso dedicar 10% de tu tiempo en estudiar, capacitarte o formarte en alguna habilidad sería una excelente inversión de recursos intelectuales.
3. Establece una idea y sobre todo un proceso claro de inversión: Comienza reflexionando seriamente y a fondo en por qué tal o cual negocio tendrían éxito y por qué otro no para tomar la decisión correcta, empezando con aquellas ideas que te apasionen (tú pasión es importante para elegir que negocio), posteriormente las habilidades que diariamente o eventualmente pongas a la práctica y de paso, que consideres eres sobresaliente, por ejemplo en tu empresa puedes ser buenísimo haciendo formatos en Excel y en la empresa valoran esto y constantemente lo haces y sobre todo muy bien, aprovecha y que tu emprendimiento vaya por ese camino, se hará más sencillo.
Por último, analiza con cuidado las tendencias de negocio que funcionan y que ves en un franco crecimiento en el mercado, esto te llevará al mundo tecnológico, al mundo “hágalo usted mismo” o al territorio de la personalización de las cosas y así disminuyes las posibilidades de fracaso.
4. Aprovecha tu red de contactos:
Todos dentro de nuestro ámbito laboral en algún momento establecemos relaciones, y ya que sea que el papel con estas personas sea de proveedor, cliente o prestador de servicio, deberás aprovecharlo al aprovechar la red de contactos, pues en el emprendimiento formal necesitarás, emplearás o harás sociedades con estos personajes, con los que actualmente interactúas en tu ámbito laboral.
Por ejemplo, tus actuales clientes de proveeduría de materias primas podrían ser tus clientes, si es que emprendes 10% en el campo de la consultoría, pues el expertise que ya tienes en el uso de sus productos les da a ellos la certeza de que reúnes las habilidades y la autoridad para asesorarlos.