Esta etapa ha sido siempre compleja porque de la mano de los cambios hormonales, surge el reto de integrar la identidad, lograr sentirse aceptados en un grupo y definir sus valores y creencias.
Si no se tiene la tolerancia y paciencia para entenderlos y al mismo tiempo marcar límites, la familia no se vuelve un sitio seguro ni inspirador. ¿Cuál es la ayuda idónea que podemos darles a nuestros hijos? Nada mejor que entender su manera de pensar y el cómo perciben la vida desde su propio testimonio.
Escucharlos y hacerles sentir que nos importa su manera de pensar a pesar de su apatía, les hará sentirse valiosos. La siguiente reflexión es de Carlos Eduardo Medina Rios, de nuestra escuela de Liderazgo Juvenil (Grupo Freedom):
“La autoestima y la percepción que tienen de sí mismos los adolescentes hoy en día es un tema muy complejo. Es como si estuvieran en un péndulo emocional, donde un día se sienten súper bien y al siguiente se odian a sí mismos. Es un problema serio, porque no hay un punto medio saludable donde puedan estar bien consigo mismos sin necesidad de insultarse o creerse superiores a los demás.
Creo que todo empieza en casa, con la forma en que los padres nos hablan y nos tratan cuando somos niños. Luego, lo que dicen nuestros amigos y lo que vemos en internet también influye mucho. A veces, el contenido en línea puede hacernos sentir mal o mejor, dependiendo de lo que se muestre.
Para mí, la clave es encontrar un equilibrio. Buscar terapia puede ser muy útil, practicar un deporte o hacer ejercicio puede ayudar a tener un cuerpo y una mente sanos. Así, puedes desarrollar una autoestima fuerte y saludable, sin caer en la arrogancia o la prepotencia.
Es importante recordar que todos tenemos inseguridades y que está bien pedir ayuda. Los jóvenes que luchan con estos problemas pueden estar en un momento muy difícil, y es fundamental que sepan que no están solos y que hay recursos disponibles para ayudarlos.
En resumen, se trata de encontrar un equilibrio y de cuidarse a uno mismo, tanto física como emocionalmente. Con un poco de esfuerzo y apoyo, podemos desarrollar una autoestima saludable y vivir una vida más plena y feliz”.