Política

Enfrentamos una grave crisis seria de salud mental. Aquí 10 ideas

Según la Organización Mundial de la Salud, más de 800 millones de personas sufren ansiedad o depresión en el mundo. En Jalisco, según el académico de la Universidad de Guadalajara, Ángel Pimentel, los casos por ansiedad y depresión se han multiplicado por siete desde la pandemia de COVID. Desde 2020, 3 mil 415 jaliscienses se suicidaron. Aunque la depresión es más común entre las mujeres según la información con la que disponemos tanto de la OMS como de INEGI, el 92% de los suicidios en Jalisco en el último lustro son de hombres. El consumo de drogas y alcohol se ha disparado en México; en algunas drogas, el consumo -como las sintéticas- se fue a las nubes 218% en seis años. Como sociedad enfrentamos graves problemas de salud mental y parece que no sea prioridad para muchos gobiernos. Para una mayoría de personas sigue siendo un asunto privado o familiar, y nos olvidamos que tiene una innegable dimensión de política pública.  

En el combate a la depresión y a la ansiedad crónicas, así como en evitar el suicidio, gobierno y sociedad tenemos mucho por hacer. Algunas políticas públicas que ya comienzan a tener eco en otras latitudes:

Uno, escuelas libres de teléfonos inteligentes. Hay una relación directa entre las horas enganchado a un celular y la salud mental. Es importante que al menos las seis o siete horas escolares sean para aprender y convivir. La socialización y la comunidad son fundamentales para combatir los problemas de salud mental.

Dos, regular el acceso a redes sociales. El psicólogo social Jonathan Haidt ha propuesto que hasta los 16 años, jóvenes y adolescentes no puedan registrar cuentas en redes sociales. Esto evitaría un contacto con espacios de alto riesgo a edades tempranas. La depresión, sobre todo entre mujeres, está muy relacionada con el uso de Instagram y Facebook.

Tres, la psiquiatría y la psicología deben entrar como esenciales tanto en la seguridad social del estado como en los seguros privados. ¿Por qué la atención psicológica es tan precaria por parte de los gobiernos? ¿Por qué los seguros privados no la cubren? Las enfermedades mentales no son una elección, sino condiciones muy duras para quien las sufre. De la misma manera en que la salud física es y debe ser un derecho, también lo es la salud mental.

Cuatro, inteligencia emocional en las escuelas. En un mundo en donde la información está por doquier y las habilidades se aprenden aceleradamente, la estabilidad y la inteligencia emocional son fundamentales para el futuro. El sistema educativo debe incluir gestión emocional desde la primaria.

Cinco, es importante que el Gobierno se fije seriamente en la forma en la que operan centros de rehabilitación y anexos. Como lo ha reportado Notivox Jalisco, los anexos son lo opuesto a espacios de recuperación. Son lugares en donde se explota, se violan derechos humanos y se priva de la libertad. El Gobierno no puede permitir eso.

Seis, desmitificar la idea de que los problemas de salud mental son propios de los “débiles”. Pedir ayuda no es sinónimo de debilidad, sino de esperanza y fortaleza. El Estado debe ser muy enfático con las juventudes: sentirse bien es parte toral en el crecimiento armónica de una persona.

Siete, incorporar buenas prácticas de salud mental en el mercado laboral, en las empresas. La apuesta por la productividad sin pensar en la persona genera episodios de cansancio extremo que son el prolegómeno de depresiones severas. Los directivos y encargados de recursos humanos deben entender que la empresa está obligada a que los resultados económicos siempre se obtengan respetando la salud mental de las y los trabajadores.

Ocho, ciudades pensadas en la salud mental. Espacios públicos y recreativos, iluminación, áreas verdes. Una ciudad que se planea desde la persona y no desde el auto o los negocios inmobiliarios, siempre debe priorizar la construcción de una urbe amable y acogedora para todos.

Nueve, incentivar el tejido social y comunitario. Las nuevas generaciones se sienten solas. El mundo digital no es y nunca será sustituto de las relaciones interpersonales. Nos hemos ido apartando de esas instituciones que nos daban sentido: el barrio, la iglesia, la escuela. Volver a reencontrarnos es esencial para combatir la soledad y los males asociados a ella.

Diez, los políticos deben proponer políticas públicas para facilitar el acceso a vivienda, salud, educación y una posible pensión para las juventudes contemporáneas. A diferencia de generaciones anteriores, los milenials y centenials tienen un horizonte de bajas expectativas. Ni siquiera pueden soñar con tener una casa y menos con jubilarse dignamente a cierta edad. Un futuro con garantías es una herramienta para reducir la ansiedad entre muchos que consideran que el horizonte sólo guarda precariedad y dificultades.


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Enrique Toussaint
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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