He aquí un interesante análisis que hace el portal inglés superdeluxeedition.com, a partir del reporte BPI, o Industria Fonográfica Británica por sus siglas anglosajonas.
BPI incluye las tres disqueras mayores (Warner Records, Sony Music y Universal Music); por un lado, su nota principal es “Aumentan ventas de vinilos en doble dígito, mientras los CD declinan significativamente”; pero, a la hora de hacer el análisis, esto no es del todo cierto.
Las estadísticas frías marcan que los vinilos aumentaron 11.8 por ciento en ventas con 6.1 millones durante 2023, y los compactos vendieron 6.9% menos, lo cual se traduce en 10.8 millones de unidades, la cifra más baja desde 2015.
En concreto, el sitio asegura que el CD es el formato físico más popular en el Reino Unido, a pesar de estas cifras recientes.
Le echan la culpa a estrategias como el Record Store Day y el National Album Day; afirman que, si hubiera un día similar para el compacto, sus ventas también aumentarían.
Ejemplo concreto: el sencillo en CD “Now and Then” de Los Beatles tuvo que competir contra cuatro ediciones de siete pulgadas en vinilo, más el deliberado retraso de la disquera para anunciar que también habría un CD.
El resultado: 18 mil 738 discos compactos vendidos, contra 19 mil 358 vinilos de siete pulgadas, para lograr que fuera número uno en Britania.
Superdeluxeedition.com aboga, así como hay el Record Store Day surgido en Estados Unidos, más el National Album Day británico, ambos para difundir la venta de vinilos, que así debiera haber un CD Day.
El punto de vista de un servidor: Fui el ser humano más feliz cuando escuché, en 1991, el álbum “Union” de Yes, el cual en su momento me costó un dólar en una discoteca del Valle de Texas.
Respeto a las generaciones que adquieren los box sets de hasta cuatro vinilos, no veo ningún problema en ello… Pero que también estimulen su edición en disco compacto. Y mejor aún: en Blu-ray Audio, el cual a su vez exige contar con un equipo de sonido 5.1.
El vinilo se disfrutaba en los años 70 y 80 si iba de la mano de un gran equipo de sonido, tipo Fisher, que podía grabarse en un cassette de dióxido de cromo o CrO2.
