Cultura

Homo cocinerus

El día después de una tormenta torrencial los homínidos salieron de su refugio para observar el daño. Aún sin entender lo sucedido lograron recuperar algunas herramientas hechas a base de huesos, piedras y troncos. Lamentablemente las semillas, raíces y carne obtenida en días pasados se habían perdido. Será responsabilidad de los líderes del grupo ir a recolectar y cazar algunos animales, pues el clima no mejorará pronto. Entre todas la mujeres y los niños comienzan a recolectar troncos y pequeñas ramas para encender el mayor de sus avances tecnológicos, el fuego. Este les ha resultado benéfico para mejorar sus alimentos, sin siquiera pensar que esa acción es el inicio de una sabrosa historia.

La historia del hombre en torno a la cocina tiene muchos años qué contar. Hoy en día nos resulta común el colocarnos frente a la estufa, activar la perilla del gas y, ya sea de forma eléctrica o por medio de un cerillo, encender el fuego ideal para preparar los alimentos. Sin embargo, desde los antiguos primates hasta los primeros homínidos, el concepto de cocina era inexistente y la alimentación se basaba prácticamente en todo lo que se dejara comer.

Con el paso del tiempo, el dominio del fuego les permitió dar un salto exponencial. Para este punto de la evolución, el homo erectus dominaba la población de homínidos. Restos óseos del Homo erectus revelan que ellos pudieron ser los primeros cocineros, esto debido a sus piezas dentales. Mientras que sus antecesores, como el Australopitecos o el Homo hábilis, tenían molares grandes y mandíbulas pronunciadas, el erectus desarrolló, con el paso del tiempo, molares más pequeños, esto significó que su dieta pasó de ser correosa a blanda. Eso se debió al cocimiento de sus alimentos por medio del fuego.

Dicho avance en la dieta pudo repercutir en dos aspectos: por un lado, en la disminución del tiempo de consumo, ya que al estar cocidos los alimentos su textura suave requería menor esfuerzo. Mientras que, por otro lado, el cambio químico de los nutrientes por la acción del calor benefició su desarrollo tanto muscular como cerebral, lo que permitió un avance cognitivo.

Ante este tipo de dieta se puede suponer que la evolución humana fue posible al grado de llegar al Homo Sápiens, el homínido más avanzado y del cual provenimos. Dicho avance fisiológico y racional permitió aprovechar el entorno de menor manera, al grado que se pasó de una población nómada a una sedentaria, lo que permitió, a su vez, la domesticación de plantas y animales, eje primordial para el abastecimiento de alimentos.

Lógicamente en estas breves líneas no podemos explicar por completo la evolución humana, ya que es un trabajo que aún no termina, ni siquiera para los expertos, pero es un pretexto perfecto para echar al aire la imaginación y valorar aquella chispa que inspiró en la creación del fuego.


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Benjamín Ramírez
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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