Sin duda, la creación de la Liga MX Femenil ha sido un GRAN logro de la Federación Mexicana de Futbol; a casi cuatro años del primer partido, hemos visto muchos aciertos y otros no tanto.
El desacierto que puede considerarse de mayor gravedad está en el salario de las futbolistas; en muchos casos, siguen siendo raquíticos. Recientemente me llegó un mensaje de una jugadora solicitando apoyo económico, ya que no le alcanzó este mes para cubrir los gastos de agua y luz, por gastar extra en los traslados a su rehabilitación.
Es infame que una jugadora de Primera División no pueda solventar los gastos básicos por sí misma: vivienda, servicios, transporte y alimentación. Muchos clubes siguen operando al equipo femenil como de fuerzas básicas. Mientras no se le dé la seriedad que merece, los cambios seguirán llegando a cuentagotas.
La creación de una Base Salarial digna podría ser un buen primer paso para realmente profesionalizar la Liga MX Femenil; proveer a las jugadoras de herramientas para dedicarse por completo a su preparación física y mental, y así estar completamente enfocadas en mejorar su calidad deportiva.
Urge dignificar el futbol femenil profesional en México.
No lo dudo.