Dice Paulina, que Cristina -a quien conocía desde que estudiaron juntas en la Facultad de Odontología- no había hablado de Abdel hasta hace poco.
Le dijo al resto del grupo de amigas al que pertenecía, que el hombre de 31 años la acosaba constantemente.
Las jóvenes mujeres no tenían idea dónde lo había conocido, pero estaban seguras que no eran pareja y que él iba a su casa, la esperaba "afuerita", ella le pedía que se fuera porque no podía salir, el insistía, le rogaba por cinco minutos de charla, la llamaba, la odontóloga no contestaba, esa era una señal de que no quería nada con el hombre, incluso envió un "screen shot" de la conversación a una de las integrantes de ese grupo, la propia Cristina escribió: "Es que si lo bloqueo, viene y me busca".
El miércoles por la noche, Cristina y Abdel iban circulando en el automóvil de la joven sobre la avenida Urrea en el municipio de Gómez Palacio, de pronto Abdel sacó un arma blanca de entre sus ropas, hirió en varias ocasiones a Cristina, lo que hizo que perdiera la vida instantáneamente y por consecuencia el control del coche, terminaron impactándose contra un muro en la colonia Ampliación Santa Rosa.
Cuando los cuerpos de rescate llegaron al lugar, pensaron que las heridas habían sido producidas por el accidente, pero no, Abdel le había arrebatado la vida a Cristina, hoy esa joven ya no está entre nosotros.
Cristina había tenido un hijo a los 17 años, eso no fue obstáculo para que concluyera sus estudios de medicina dental, ahora un niño de ocho años quedó en la orfandad, el futuro de una chica truncado y una familia destrozada hasta la médula.
Cristina dio señales de alerta, pero desafortunadamente nadie las vimos.
Es por eso que debemos hacernos plenamente conscientes de que en temas de denuncia, no hay margen para "la chunga", en las últimas semanas, al menos tres mujeres han utilizado este recurso como mecánica de chantaje y mentira, como "moneda de cambio", pero lamentablemente el día miércoles, hace apenas tres días, Cristina perdió la vida por un fenómeno que a las mujeres, les está pisando los talones, uno real.
Esperemos que Abdel -y su seudo sabiduría en redes sociales- reciba el castigo que se merece, todo el peso de la ley.