Política

La Casa de los Vientos

  • Columna de Ángel Aguirre Rivero
  • La Casa de los Vientos
  • Ángel Aguirre Rivero

La fama, el esplendor y la historia de Acapulco no podrían entenderse sin la presencia de numerosos personajes famosos que no solo vivieron en el puerto,  sino que le aportaron parte de su esencia, como Diego Rivera y Dolores Olmedo.

La casa ubicada en el número 6 de la calle Inalámbrica, fraccionamiento Las Playas, perteneció a Dolores Olmedo en Acapulco, y ahí residió Diego Rivera los dos últimos años de su vida. Aunque no hay evidencia pública de la presencia de Frida Kahlo en el bello puerto, me parece improbable que no lo haya visitado a lo largo de su matrimonio con el muralista Diego Rivera, toda vez que Acapulco fue parte un centro de atracción importante que reunió a una élite artística, cultural y política propio de la época.

También conocida como la Casa de los Vientos, la residencia se ubica en el barrio de La Pinzona, en el Acapulco Tradicional; en ella Diego Rivera realizó sus últimas obras antes de fallecer, dejando un legado pictórico inspirado por los hermosos atardeceres que nos regala el Pacífico.

En el frente de la vivienda realizó dos murales, lo que se conoce como una escultopintura en la que figuran los dioses Exekatl, Tláloc, Quetzalcóatl y Coatlicue. En el techo pintó dos murales y uno más en la terraza. En total, cinco.

Es de reconocer que sin ese majestuoso amor y pasión por el arte y la amistad que Diego Rivera y Dolores Olmedo se profesaron, no sería posible hablar de este aporte que quedó para la posteridad.

“Ahí visitaron a Rivera en 1956 personajes como el general Lázaro Cárdenas, el criminalista Alfonso Quiroz Cuarón, el actor estadunidense Yul Bryner y el abogado del ex presidente estadunidense Dwight D. Einsenhower, Barney Hodes” (“La casa de Dolores Olmedo en Acapulco” en Proceso, 18 de septiembre de 2012).

Junto al empresario Carlos Slim y el Conaculta la adquirimos con el propósito de hacer el Museo de la Memoria Colectiva.

Retomo parte de una publicación que recoge ese episodio: “En entrevista telefónica para Animal Político, Aguirre Rivero revela que “la negociación no estuvo tan fácil. Estuvimos hablando varias veces con Carlos Phillips Olmedo y acordamos la compra”. Aun así (comenta el funcionario guerrerense), fue necesario buscar otros dos interesados en el proyecto.

“Efectivamente, en el Museo Diego Rivera… se exhibirán fotografías, películas y libros sobre Acapulco, así como historias de celebridades internacionales que vivieron ahí, como John Wayne. De igual forma se tiene planeado que el lugar cuente con un restaurante, una cafetería y una biblioteca. La idea es formar un patronato para que se encarguen de la administración y mantenimiento con el objetivo que se vuelva un museo autosustentable”, dice el político” (Animal Político, 8 de septiembre de 2012).

Es importante retomar este proyecto, para buscar nichos de turistas en Europa y convertir a Acapulco en un punto de referencia y atracción donde sepan que se puede apreciar la historia, el arte y la cultura que marcó el siglo XX.

Que Diego Rivera haya pasado sus últimos años en Acapulco y que Dolores Olmedo, mujer de extraordinaria visión qué entendió la importancia del arte como vehículo de ideas, haya tenido un inmueble, habla de ese gran polo cultural que llegó a ser Acapulco.

Esperamos que la actual secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, quien tuvo una activa participación en este proyecto, lo mismo que la gobernadora, Evelyn Salgado, retomen este proyecto que muchos beneficios le llevaría a nuestro querido Acapulco.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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