Cultura

Insistir en las similitudes

  • Pa'no molestar
  • Insistir en las similitudes
  • Alejandro Evaristo

La situación de Venezuela es un tema complejo que combina factores económicos, políticos, sociales e históricos. Pero ¿cómo un país con tanto potencial llegó a donde está hoy?

Venezuela tiene una riqueza natural impresionante: es uno de los países con mayores reservas de petróleo del mundo, tiene oro y coltán (un mineral metálico de color negro opaco que se extrae de la columbita y la tantalita, esencial para fabricar teléfonos móviles), una biodiversidad envidiable y una ubicación geográfica estratégica.

En las décadas de 1950, 60 y 70, fue una potencia económica en América Latina, con un PIB per cápita que rivalizaba con países desarrollados y una industria petrolera que atraía inversión extranjera. Su capital era un símbolo de modernidad y el país recibía inmigrantes europeos y vecinos que buscaban oportunidades.

Entonces, ¿qué pasó?

Empecemos por su dependencia del petróleo. Venezuela se volvió una economía “monoproductora” y, en lugar de diversificarse, apostó al llamado “oro negro”, que representaba más de 90% de sus exportaciones. Cuando los precios del crudo eran altos, el país prosperaba; pero cuando caían, la economía se tambaleaba. Esto creó una vulnerabilidad estructural.

A ello hay que sumar una mala, pésima, gestión económica. Durante los años de bonanza petrolera, especialmente en los 70, hubo despilfarro, corrupción y falta de planificación. Los gobiernos no invirtieron lo suficiente en infraestructura, educación o industrias alternativas. Esto se agravó en las décadas siguientes, cuando se acumularon deudas externas y se descuidó la producción interna.

Luego llegaron la crisis política y la polarización, a finales de los 90, con la llegada de Hugo Chávez al poder y con él una serie de cambios radicales. Su “socialismo del siglo XXI” nacionalizó empresas, expropió tierras y aumentó el gasto público con los ingresos del petróleo; también generó tensiones con sectores empresariales, con la oposición y con otros países, como Estados Unidos, lo que polarizó a la sociedad.

Los precios del petróleo cayeron después, en 2014, y una Venezuela sin ahorros entró en crisis. Además, las sanciones internacionales impuestas por Estados Unidos y otros países, especialmente desde 2017, limitaron el acceso del gobierno a financiamiento y mercados, afectando aún más la economía: no son la única causa, pero sí han complicado la recuperación.

El resultado fue la hiperinflación y el colapso económico a consecuencia de la impresión masiva de dinero para financiar el déficit y la caída de la producción petrolera. El poder adquisitivo de la gente fue pulverizado. Esto, a su vez, desencadenó un deterioro social y una migración masiva: alrededor de 7 millones de venezolanos han abandonado su país desde 2015, drenando talento y mano de obra que, junto con la escasez de alimentos y medicinas, ha profundizado el sufrimiento de los que ahí permanecen.

Corrupción y autoritarismo, por supuesto, llegaron a tiempo y sentaron sus reales. La erosión de las instituciones democráticas bajo los puños de Chávez y Maduro han sido un factor clave, al que se suman la falta de transparencia, el control del poder judicial y la represión de la oposición.

Hay quienes argumentan que la intervención extranjera (sanciones, intentos de cambio de régimen) ha agravado la situación, otros culpan exclusivamente a las políticas internas. La realidad es que es una combinación de ambos, pero el resultado es el mismo: un país con enorme potencial atrapado en una crisis profunda.

Venezuela continúa teniendo recursos y gente resiliente, pero salir de este hoyo requiere estabilidad política, una economía diversificada y confianza interna y externa, algo que parece muy lejano hoy en día.

Ya lo he comentado. México camina por una cuerda floja, pero tiene más herramientas que aquel país. La historia, al final, no se repite tan fácil, pero a veces rima, y esa es la advertencia que no debemos dejar de escuchar: México no es Venezuela, me queda claro, pero...


Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.