El Gobierno de Nuevo León anunció que sostendrá una reunión con los líderes de las barras de aficionados de Tigres y Rayados, con el fin de evitar episodios de violencia dentro y fuera de los estadios.
Tras realizar una visita por la tarde a la Academia de futbol Tigres “INDE-Tierra y Libertad”, en la colonia del mismo nombre, el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, indicó que hablarán con todos los involucrados para que continúe el deporte y la convivencia sana, incluyendo las propias porras.
Agregó que girará instrucciones a Manuel González Flores, secretario general de Gobierno, para contactar a los líderes de los grupos de aficionados y hacerlos también responsables en el tema.
“No se trata de reprimir, sino dedicarles tiempo, que le invirtamos, que hablemos con ellos, que los sensibilicemos, que no es con la violencia que si uno gana y otro no gana.
“Voy a pedirle al secretario general de Gobierno que hable con los directivos de las barras, tenemos que hablar con todo mundo, tenemos que ser estrictos y no sólo que se porten bien. Tenemos que hacerlos también responsables de este tipo de acciones que no nos llevan a ninguna parte”, señaló Rodríguez Calderón.
El martes pasado, tras la riña entre aficionados de Tigres y Monterrey que dejó un herido de gravedad, el Gobierno de Nuevo León se vio obligado a sacar la “tarjeta roja” a las marchas y caravanas de las porras y prohibir además la asistencia de cualquier barra visitante en ambos estadios.
Jaime Rodríguez Calderón indicó que las barras de los equipos de futbol prácticamente se han pervertido eliminando el cariz familiar que antes tenían.
“Es una diferencia enorme aquel que ama a su equipo y aquel que cree que defendiéndolo de manera violenta su equipo va a lograr que sea mejor.
“Las barras, yo creo, que se han pervertido en algunos casos, debe haber diversión, debe haber grupos que se emocionen con sus equipos, pero no en la violencia”, dijo el gobernador.
Manifestó que no permitirán la violencia con ningún equipo y que las porras de aficionados desviaron su inicial vocación que fue la del apoyo a sus ídolos deportivos.
“Las barras empezaron a crecer en el camino del fanatismo, tenemos que regresar a la barra alegre, a la barra familiar, al grito, al escenario, pero no a la violencia en ningún deporte, ni dentro ni fuera del estadio”, señaló el mandatario.
