La muerte repentina está resultando devastador emocionalmente para los familiares de personas que mueren por covid-19 pues muchos de ellos no tienen tiempo ni de despedirse.
“No hay un proceso de duelo saludable”, pues tampoco el difunto puede ser llevado al velatorio para su despedida.
La especialista en tanatología, Miriam Silva, señaló que lo repentino de este tipo de muerte está dejando graves secuelas emocionales en la población afectada.
Aunado a ello, está el trato que recibe la familia o el que dan a su paciente “la forma como se trata al enfermo o cadáver, como si estuviera apestado y eso es más doloroso lo tratan como cosa o algo feo”.
Incluso en las terapias que realiza la tanatóloga, como parte de los paquetes que brindan algunas funerarias, existe una tendencia común en que los familiares no aceptan que esa infección haya podido matar a su ser querido.
“Lo niegan, ellos saben que no muere de esa causa, no lo acepta la mayoría, niegan que haya sido el covid-19 el que lo mató”.
Ello es así, porque los familiares no tienen recetas o documentos o algún tipo de prueba que determine que tal o cual persona es o era positivo en covid-19.
“Esta parte emocional nos toca trabajarla y es complicado a diferencia de cómo quedan los familiares de muertos por otras causas”.
Señaló “ninguna causa de muerte es fácil para las familias, no es que sea menos dolorosa muertes que no sean por covid-19, pero la familia está preparada psicológicamente, cuando se da este tipo de situaciones”.
Señaló que en su práctica diaria se ha enfrentado con situaciones en los últimos días, donde una persona llega enferma a un hospital y más tarde se les informa “su familiar murió de covid-19: eso es impactante”.
Para los menores de edad es peor “es devastador no se les permite acercarse y no hay un proceso de duelo adecuado”.
AE