Esta Semana Santa significa mucho más que vacaciones para quienes están en campañas políticas, porque la mayoría de los candidatos han acumulado tantos errores que están obligados a frenar, respirar profundo y hacer una fuerte autocrítica sobre las decisiones que los traen vueltos locos.
Obviamente la primera debiera ser Clara Luz Flores. Y no por cuestión de género, sino porque era la favorita hasta que repitió metódicamente demasiados errores que ahora la posicionan hasta 5 puntos debajo de los primeros puestos. Algo que pudiera parecer insólito, pero que muchos anticipábamos, debido a la naturaleza de los colaboradores que la rodean. ¿Algunos apellidos? Guerra, Enríquez, Guerrero, Treviño, Gutiérrez, Cantú y muchos más que irradian mucha testosterona y muy poca humildad o capacidad de grupo. Todos líderes (y súmale AMLO) en lo suyo, pero acostumbrados a canibalizar a quien les toca el hombro.
Y ni los experimentados consultores Sergio José o Méntor Tijerina han logrado lidiar con un vestidor que está roto y con su candidata muy ofuscada. ¿Crees que exagero? Te juro que ni una décima y por eso ya están reestructurando los próximos pasos, luego de las vacaciones para recuperar un terreno donde sus contrincantes se han atrincherado indefinidamente.
Mismo caso para Adrián y su eterna predisposición a no llamar la atención; una testarudez por el perfil bajo que también debiera abandonar en unas semanas y arremangarse para lograr la empatía que tiene años sin obtener. “¿Cómo dices eso, Santiago? Ha ganado todos sus últimos comicios”, pudiera decirme alguien, pero tampoco ocultaría a lo que me refiero, porque su discurso no funcionará contra un Samuel encendido. ¿Quieres apostar? Ya va siendo momento de mostrar los valores familiares y la cercanía por una población muy golpeada a niveles de covid y desempleo. ¿Adrián es el as de la seguridad? Ok, pero también ese mensaje caducará en un estado donde traemos mil desmadres algo más mundanos.
Y ojo con esos valores familiares que menciono, porque el tiro está muy bueno entre los candidatos estatales, debido a sus perfiles opuestos. A) Samuel y su esposa influencer; simpática y sin nada de experiencia, pero sigue dándole brillo a las áreas de oportunidad de su marido. B) Clara y su esposo, Abel Guerra; político descarnado y cacique eterno del priismo nuevoleonés que públicamente resta, pero en privado apuntala el desmadre que hay. C) Adrián está separado, pero tiene familia y debería exponer ciertos valores para sustentar su plataforma. ¿Es perjudicial que no esté casado? No, si dirigen adecuadamente el mensaje.
Todo esto lo veremos durante los próximos meses, porque las campañas deben evolucionar a temas más humanos que superen el comerse unos tacos en el puesto de la esquina. ¿Quién logrará construir mejor esta semiótica? No lo sé, pero pondría primero a Samuel, luego a Adrián y muy abajo a Clara, porque pareciera que se avergüenza de su marido. La candidata se esconde en un forzado mensaje de empoderamiento femenino, lo que implica que Abel Guerra pise el escenario con ella. Cuestión que en MC no vemos, porque hasta con naturalidad leemos que Mariana utiliza la referencia al apellido de su marido como Rodríguez de García en su cuenta viral de Instagram. ¿Crees que es una tontería? Los detallitos hacen grandes diferencias cuando los puntos en las encuestas se ganan a cuentagotas.
Ya luego, redirigida la dinámica después de Semana Santa, lo que importará será el dinero y ahí veo otra vez a Adrián y Clara por delante de Samuel. ¿Qué debiera hacer el de MC? Resistir al menos un mes con la percepción de que va arriba para intentar forzar a tanto empresario reacio a que lo apoye. Hoy, el grupo de los diez no tiene fondos para él y todos sabemos que sin ellos no ganas.
Y perdón que no mencione a Larrazabal, pero su significado radica en la alianza que decidirá en los próximos meses porque él sabe que no ganará. ¿Con quién jugará? Me arriesgaría a decirte que le dará su apoyo al PRI (al menos debajo del agua) y cualquier otra información que leas será puro atole para la opinión pública.
Bienvenidas sean las vacaciones; época para reacomodar filas, mirarse al espejo, asumir culpas, echar algunos asesores y perfilarse hacia una carrera electoral que será de las más interesantes que presenciaremos en México.
Santiago Fourcade
