Cada vez que surge un nuevo virus apocalíptico me vuelvo a decepcionar de nuestra poco escrupulosa actividad periodística. ¡Psicosis! ¡alerta! y todo un abanico de estrategias para empujar a la audiencia a la necesidad de estar pegados a la pantalla o comprar periódicos.
¿Es peligroso el Covid-19? Sí, pero lo importante es la prevención y explicar que la gran mayoría de la población puede padecerlo y no necesariamente morirá. ¿Recuerdas aquel H1N1? Una realidad que no nos explican cuando abultan estadísticas sobre fallecidos sin describir su historial clínico (neumonía, etcétera), edades vulnerables y otros detonantes.
Para colmo, politizamos el debate y la distorsión es aún mayor. Desde Trump y su postura en la frontera mexicana al enfrentamiento retórico que exuda AMLO y que polariza según la trinchera ideológica que elijamos.
Por eso la clave es mantener la tranquilidad. Buscar información en fuentes médicas o paginas oficiales de organismos internacionales. ¿Cuántos de nosotros podemos hacerlo? La mayoría y el mínimo porcentaje restante será la población más vulnerable.
Y es la ignorancia la que nos lleva a la psicosis o la preocupación exagerada. Vamos al supermercado y compramos 10 litros de gel desinfectante y varias cajas de cubrebocas “por las dudas”. ¿Es adecuado mejorar nuestra higiene? Obvio que sí, pero hoy pudiera ponerte una lista de 10 enfermedades (que nos valen madre) que matan a miles de mexicanos a diario y ninguna es el Covid-19.
¿Entiendes a lo que me refiero? Te apuesto lo que quieras que en un máximo de seis meses habrá una vacuna preventiva. Luego, el virus mutará y se quedará entre nosotros como los demás de las últimas décadas. Tú y yo dejaremos de ponernos gel, los medios mirarán hacia otro lado y colorín, colorado, otro apocalipsis zombi habrá finalizado.
Twitter: @santiago4kd