En la 5 de mayo los aparadores destellan con decoraciones al rojo vivo, tiendas ofertan productos para el ser amado, y el 14 de febrero es la fecha en que se exalta al amor romántico. Ese concepto construido socialmente que concibe al ese sentimiento como la unión de las personas en un par incondicional. Donde el ser amado es idolatrado y el que ama está dispuesto a sufrir a cambio de una relación eterna.
Hoy las generaciones más abiertas saben que el amor no es eterno, no es posesivo y es un sentimiento que en primer lugar se debe sentir por uno mismo.
Ya tenemos claro que el amor de pareja es aquel que busca un equilibrio en la relación, una que no duele porque los involucrados buscan acuerdos para no anular las emociones del otro. Por ello éste otro puede amarse y amar a su pareja, a sus amigos y a su familia.
Claro que los detalles son buenos para hombres y mujeres en cualquier día, pero éstos no deben sustituir los buenos tratos, el respeto, y el derecho a la salud mental o física.
Porque cuántas mujeres golpeadas, víctimas de violencia psicológica y engañadas no han recibido de su pareja: flores, serenata y una suplica de rodillas para que perdonen algo. Tan solo en enero de este año se reportaron 824 carpetas de investigación por violencia familiar y el 2024 se acumularon 10 mil 461 carpetas. Usted reflexione qué tipo de amor tenemos en casa y estamos normalizando.
Algunos hombres aprovechan la fecha para demostrar que son los mejores proveedores, esto último lo reflejan en el costo del obsequio que dan. Pero quizás no han pensado que algunas mujeres no queremos a un hombre tradicional y que solo buscamos a un igual, uno capaz de comunicar lo que le duele y apto para respetar nuestra independencia.
Quizás no lo sepan, pero algunas ya estamos muy cansadas del amor romántico, de esa idea de que: necesitamos a una media naranja que nos complete. Como si hubiéramos nacido defectuosas y sólo pudiéramos ser felices gracias a la otra mitad. Este 14 de febrero tengamos amor propio y hagamos lo que realmente nos hace felices.