La UdeG en el País de las Maravillas. Acto primero: Benemérito Cuarto Informe del Rector General de la Universidad de Guadalajara. Teatro Diana, propicio como escenario y toda la parafernalia. “Mucho ruido y pocas nueces”. Con bombo y platillos, grandilocuente, rimbombante. Una rendición de cuentas por quién dirige la institución educativa superior más importante de Jalisco y del Occidente del país. Importante respecto al número de su población con casi 300 mil integrantes de su comunidad universitaria, en su mayoría estudiantes. En esta ocasión el escenario no tiene nada que ver con ningún espectáculo farandulesco del showbusiness ni mucho menos con la “cultura universitaria”. La clase política local y toda la burocracia dorada universitaria casi llenando el espacio, aunque nada comparado con el lleno que lució “en su reciente presentación la banda londinense White Lies”. Por supuesto, enfrente del presídium –en el cual no había ninguna mujer, ni siquiera académica; solamente edecanes–, no podía faltar quien realmente lleva las riendas del grupo de poder para aprobar o reprobar partes de tal Informe, según su leal saber y entender. Seguramente, mientras el business de las empresas parauniversitarias vaya viento en popa todo estará bien; eso es lo realmente importante dentro de esta institución para quien detenta el poder en sus manos. Las cuestiones académicas salen sobrando porque las tareas sustantivas no son prioritarias ¿En qué nivel está la UdeG? es un artículo muy recomendable de Jaime Barrera Rodríguez para tener un balance general más preciso [MILENIO, 22/02/2017].
Por supuesto, reconocemos hechos en los que hay avances en los diversos campos de la actividad universitaria. Sin duda los hay, pero también debemos decir que tales avances son por méritos insoslayables de la propia comunidad académica, más que de la elite burocrática enormemente privilegiada, especialmente en sus magnánimos sueldos. La crónica periodística de tal hecho, por Víctor Hugo Ornelas [MILENIO, 22/02/2017], es excelente porque, entre otras cosas, señala puntualmente una cuestión muy significativa del Informe dado por el rector Tonatiuh Bravo Padilla: dejó de lado toda autocrítica y fue totalmente autocomplaciente. Tal hecho es ejemplo, como lo hemos venido sosteniendo enfáticamente, de la profunda ausencia de pensamiento crítico en esta institución, en la cual se supone debe brillar la conciencia crítica, especialmente en quienes son sus dirigentes, seguidos de los maestros, investigadores, y sus estudiantes. Pero, debemos decirlo: vivimos en un mundo al revés. El pensamiento crítico dentro de esta universidad lo debemos buscar con la famosa lámpara de Diógenes. No hablemos de la búsqueda de hombres honestos por el filósofo griego porque es casi imposible encontrarlos en las altas esferas del poder caciquil donde la corrupción y el despilfarro reina por doquier. ¿De qué otra manera podemos explicar la vida y los viajes de lujo por todo el mundo con todo el glamour del exclusivo jet set universitario por quien detenta el poder del presupuesto universitario.
En efecto, el Informe, como lo bien lo describe la crónica, estaba plagada “con decenas de datos sobre inversión y resultados de programas, un mensaje de apoyo dirigido a los estudiantes migrantes que se encuentran en Estados Unidos, pero sin hablar sobre alguna meta para los próximos dos años y dejando de lado la autocrítica”. Aunque el rector mencionó una ampliación en la matrícula de casi 35 mil alumnos en los últimos años cuatro años, lo cierto es que la cifra de jóvenes estudiantes rechazados durante estos años multiplica varias veces la cantidad de aceptados; la tasa de rechazo de aspirantes es casi del 60 por ciento. El Pacto por los jóvenes decretado por el rector general es una entelequia burocrática y demagógica. Desde luego, todos los universitarios compartimos plenamente la disposición loable del rector de crear un Ombudsman y establecer un programa de atención emergente para aquellos estudiantes deportados por el fascista de Donald Trump; pero ¿y los miles y miles de estudiantes rechazados por la administración central udegeista? ¿Cuándo habrá un programa que garantice su derecho a la educación? ¿Cuántos de estos estudiantes deportados posiblemente fueron rechazados en su momento por política perversa neoliberal de exclusión social? El Informe tiene un marcado sesgo de promover la política educativa hacia la economía empresarial [Programas CRECE, para la Calidad Empresarial], cual “universidad” privada; y aquí nos preguntamos legítimamente en dónde reside la diferencia entre esta universidad pública y las instituciones educativas privadas cuyo negocio es precisamente la educación. En esta universidad no existe ninguna maestría o doctorado en estudios [críticos] de economía política, pero eso sí, el espíritu emprendedor hace que el rector hable de hacer esta ciudad “capital del emprendimiento”, porque esta institución tiene “¡responsabilidad social!”. También se habló de una mejora salarial para los profesores de asignatura, quienes son la mayoría de la planta docente, pero aun así sigue siendo muy baja la percepción salarial para estos académicos y también para los demás profesores pues, entre otras cosas, las prestaciones sociales son muy precarias porque los sindicatos blancos defienden al patrón. Igualmente se mencionó retóricamente casi al final cambiar el “modelo económico dominante”, pero nunca se dijo en qué consiste y cuál debería instaurarse en su lugar. Supongamos que el rector se refería al modelo neoliberal, pero la cuestión es precisamente que este modelo es el que las autoridades universitarias –desde el rectorado del “licenciado” Raúl Padilla López– vienen aplicando rigurosa y autoritariamente como proceso privatizador de la educación pública –Centro Cultural Universitario incluido– y es por eso que Aurelio Nuño, titular de la Secretaría de Educación Pública [SEP], fue recibido con honores por la burocracia dorada.
Acto segundo: Informe del gobernador Aristóteles Sandoval, inmediato al del rector general. Patética apología; complaciente y cómplice con este grupo de poder; hasta inspirándose en el reciente fallecido intelectual Zygmunt Bauman para darle lustre a su intervención y lucimiento personal. Dejemos de lado la indignante sumisión política del grupo de poder a Peña Nieto y su VibraMéxico. Eso sí, la UdeG no crecerá ni avanzará sustancialmente mientras impere el poder caciquil que tanto daño hace a su vida académica.